
El antitumoral Keytruda de MSD perderá la patente a finales de la década y los biosimilares tendrán vía libre para entrar en el mercado, provocando una disminución de sus ventas. Para reducir este efecto, la farmacéutica está desarrollando una versión subcutánea de este fármaco que paliará más de la mitad de la caída de los ingresos.
Keytruda (cuyo principio activo es pembrolizumab) es la piedra angular de su negocio. La consultora Evaluate Pharma apunta que el antitumoral pasará de facturar 25.450 millones de euros en 2024 a alrededor de 14.580 millones en 2030. En otras palabras, 10.870 millones menos. La nueva versión del medicamento (MK-3475A Subcutaneus Keytruda) paliará esta caída con una facturación de 6.560 millones, según un informe de la consultora. Este reduciría al 40% la pérdida de ventas en 2030. Asimismo, cabe mencionar que este fármaco tiene un potencial máximo de ventas de 19.070 millones.
MSD está apostando por esta estrategia para proteger su medicamento estrella frente a la competencia de biosimilares. En la actualidad, hay varios desarrollos de biológicos genéricos de pembrolizumab.
Keytruda es el medicamento que más ingresó el año pasado a nivel mundial. En 2025 también ocupará el trono al registrar unas ventas por valor de 26.500 millones de euros, por delante de medicamentos como Ozempic de Novo Nordisk – ingresará alrededor de 20.000 millones – y Mounjaro de Lilly (17.350 millones), según estimaciones de la consultora. No obstante, en 2030 entregará la corona al fármaco contra la obesidad y diabetes del laboratorio indianapolitano y bajará a la séptima posición.
Keytruda está autorizado para tratar una larga lista de tipos de cáncer: de pulmón, melanoma, de vejiga, de cabeza y cuello, riñón y colorrectal, entre otros. Además, la farmacéutica está investigando la combinación de este fármaco con una molécula de Gilead (sacituzumab govitecán) para pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico, uno de los tumores con peor pronóstico. De momento, ha reducido el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte en un 35%.
La versión subcutánea de Keytruda se encuentra en la fase III del estudio. Esta puede reducir el tiempo de administración de la terapia, pasando de los 30 minutos que dura una infusión intravenosa a solo dos minutos. También mejora la experiencia del paciente ya que se administra cada dos semanas.
Se espera que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de su opinión acerca de la nueva versión de Keytruda en septiembre del presente año. Si la valoración es positiva, la compañía americana prevé comenzar a comercializarla en Estados Unidos al mes siguiente. Además, augura que esté disponible en Europa a principios de 2026 tras recibir la autorización de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Motores de ingresos
La farmacéutica prevé facturar 18.360 millones de euros en 2030 a través de antitumorales innovadores. Y es que en los últimos años la estadounidense ha llevado a cabo compras de tratamientos frente al cáncer para tratar de paliar esta caída en ventas. Por ejemplo, firmó un acuerdo con Daiichi Sankyo para encargarse de la comercialización de tres fármacos de este tipo fuera de Japón. Además, en 2023 compró Prometheus Bioscience por alrededor de 9.320 millones de euros. MSD también ingresará alrededor de 13.770 millones de la mano de nuevos tratamientos cardiometabólicos.