
Los animales domésticos más comunes, los perros, son animales de compañía que salen al exterior de manera diaria, por lo que los cuidados están completamente enfocados a evitar los parásitos, bacterias y otros microorganismos que, en muchas ocasiones, se pueden transmitir a los humanos. No pasa lo mismo con los gatos, animales también de compañía, pero que por norma general no suelen salir al exterior. De este modo, el peligro para la salud y el bienestar tanto de los felinos como de los humanos aumenta exponencialmente.
De hecho, un artículo publicado en la IAABC Foundation Journal habla directamente de los gatos al aire libre y las consecuencias de ello, citando para ello una investigación cuya autora principal es Kayleigh Chalkowski, que examinó en profundidad la salida al exterior de los gatos domésticos como factor de riesgo de infecciones y enfermedades.
"Mantener a su gato dentro de casa es una excelente manera de protegerlo de enfermedades infecciosas"
"Básicamente, sin importar en qué parte del mundo se encuentre, mantener a su gato dentro de casa es una excelente manera de protegerlo de enfermedades infecciosas", afirma contundente la autora principal del estudio, en declaraciones recogidas por la citada fundación.
Concretamente, Chalkowski se centró en un total de 19 patógenos diferentes, algunos de los cuales se transmiten a humanos, así como a otros gatos, concluyendo que los gatos domésticos que salen al exterior tenían 2,77 veces más de probabilidades de infectarse que los gatos que solo viven en interiores.
¿Cómo llegaron a esta conclusión? Pues bien, los investigadores hicieron un seguimiento a diferentes gatos en más de dos docenas de residencias rurales durante varios años, descubriendo que las principales causas de muerte de los gatos que pasaban tiempo al aire libre eran enfermedades y otros gatos.
Enfermedades a tener en cuenta
Una de las enfermedades estudiadas que más llama la atención es la infección por el parásito protozoo Toxoplasma gondii, que se propaga principalmente por los gatos y que puede ser transmitido de estos animales a los humanos. De hecho, este parásito se relaciona con cuadros de depresión, con convulsiones y con la esquizofrenia en humanos.
Por otro lado, otras enfermedades de las analizadas se transmiten también a los humanos, como es el caso de la rabia y la enfermedad por arañazo de gato, mientras que otras solo se transmiten entre gatos, como la leucemia felina y el virus de la inmunodeficiencia felina.
La probabilidad de que estas enfermedades lleguen al interior del hogar cuando el gato entra y sale de casa, relacionándose con otros gatos de la calle y, luego, con los humanos, es importante. Sin embargo, el riesgo se reduce enormemente al utilizar desparasitantes internos y externos, siguiendo la pauta cada ciertos meses, según indiquen los profesionales veterinarios. Al mismo tiempo, los gatos vacunados tienen un riesgo menor.
De hecho, independientemente de que los gatos domésticos siempre estén en el interior del hogar, se recomienda tanto la vacunación como la desparasitación, ya que los humanos también pueden portar bacterias o parásitos al interior del hogar, que pueden acabar por infectar a nuestro animal de compañía.