
El bioquímico Albert Xamena, especializado en estrés y neurofisiología, expone los grandes beneficios de la aromaterapia, concretamente con el olor a lavanda, ya que según dice, "oler lavanda puede cambiar literalmente tu día a nivel neurocientífico". Si bien ya había conocimientos al respecto del uso de lavanda, ahora, desde una perspectiva científica se confirmas las sospechas.
"Cuando los receptores de la nariz detectan las moléculas de lavanda, envían señales directas al bulbo olfatorio, que está muy conectado con el sistema límbico: el emocional", según expone, esta es precisamente la explicación por la que algunos olores nos traen recuerdos.
Según un informe, "si duermes simplemente con flores de lavanda al lado, puedes reducir muchísimo la activación del sistema nervioso simpático, el de lucho o huida, y dormir muchísimo mejor".
Así pues, dormir junto a unas gotitas de aroma de lavanda o con flores reales, favorecerá el dormir más y con una mayor calidad del sueño, puesto que hace que los niveles de estrés y ansiedad se reduzcan considerablemente.
Otros beneficios
La lavanda no tiene únicamente este poder calmante en el sistema nervioso, sino que cuenta con muchísimos beneficios para el organismo, en función de cómo se use.
Las infusiones de lavanda tienen un gran poder antiinflamatorio y antioxidante. Paralelamente, el aceite de lavanda es perfecto para tratar afecciones en la piel como dermatitis o psoriasis.
Además, actúa como un repelente natural contra insectos, por lo que su uso también puede contribuir a que no entren en las zonas donde de encuentre su fragancia.
Esparcir gotas de aceite esencial de lavanda en las zonas del hogar donde más tiempo se pasa (habitación, salón), por tanto, mantendrá lejos a los insectos y ayudará a tener una mente más relajada.