
El trastorno de déficit de atención e hiperactividad ahora es muy fácil de diagnosticar, ya que contamos con las herramientas necesarias para ello, por lo que muchos pequeños cuentan con este diagnóstico. Sin embargo, los que ahora son adultos no corrieron la misma suerte, por lo que muchos de ellos, a pesar de mostrar claros síntomas, no están seguros, puesto que las características en los adultos son diferentes a la de los niños, pudiendo causar confusiones.
Si alguna vez has sentido que te dispersas fácilmente, que te cuesta mantener la concentración en una sola cosa, que tienes mil cosas en la cabeza a la vez, etcétera; podrían ser indicadores de TDAH en adultos. Así pues, los psicólogos advierten de algunos rasgos que nos pueden dar pistas.
- Pasar de una actividad a otra de repente, dejándolas a medias normalmente.
- Desorganización, olvidos o despistes frecuentes.
- Suelen ser personas muy habladoras e impacientes.
- Dificultad de concentración en conversaciones.
- Baja autoestima o problemas con la imagen.
- Problemas de depresión o ansiedad.
- Impulsividad e hipersensibilidad.
Sin embargo, estas son algunas características, pero no aseguran un diagnóstico. Lo aconsejable es acudir a un terapeuta especializado en el tema para que estudie nuestro caso en profundidad, y nos aporte las herramientas necesarias para nuestro caso concreto.