
Moody's mejora la calificación de Grifols y pasa de 'B3' a 'B2', con perspectiva positiva. La agencia reconoce la mejora de su rentabilidad y su 'solido desempeño operativo'. Además, ha mejorado el rating de probabilidad de incumplimiento de 'B3' a 'B2-PD'.
Existen dos motivos que han propiciado esta mejora en la calificación. Por un lado, las modificaciones en el Consejo de Administración. A partir del 5 de junio (siempre y cuando los accionistas lo autoricen), Anne-Catherine Berner, actual consejera independiente y presidenta de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, ejercerá como presidenta no ejecutiva independiente en sustitución de Thomas Glanzmann.
Además, el cargo de consejero coordinador independiente desaparecerá. Así, la junta reducirá el número de miembros, pasando de 13 a 12 vocales, según comunicó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Por otro lado, la mayor visibilidad de su nueva política financiera también ha favorecido este avance en la calificación.
La agencia ha elevado la nota después de que la compañía informará de los resultados económicos en el primer trimestre. Grifols casi triplicó su beneficio hasta marzo, con 21,4 millones. Además, elevó sus ingresos un 9,8%, hasta los 1.786 millones de euros.
Moody's estima que Grifols se mantendrá en este camino en los siguientes doce meses o año y medio. Esto se traducirá en una mejora del ratio de apalancamiento ajustado hasta llegar a alrededor de 6,5 veces el ebitda (resultado bruto de explotación) a finales del presente año, y el flujo de caja se aproximará a los 250-270 millones.
También prevé que los ingresos brutos aumenten en un rango de un dígito medio-alto en términos porcentuales. El motivo principal de este incremento será una mayor demanda de productos derivados del plasma. Además, el resultado operativo se situará en 1.800 millones.