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Qué significa que no te gusten los abrazos y los rechaces según la psicología

Una muestra de amor y confianza para algunos, una situación incómoda para otros. Este gesto es uno de los tipos de comunicación no verbal más poderosa y que más nos pueden ayudar en nuestro bienestar. Cuando abrazamos nuestro cuerpo libera oxitocina, la hormona de la felicidad, lo que nos traslada a un estado de calma. Sin embargo, no todos los ven de esta manera y hay quienes sienten que su espacio vital está siendo invadido y pueden experimentar incomodidad, molestia o aversión cuando alguien les ofrece un abrazo.

Desde la psicología se ofrecen varias explicaciones que pasan por problemas en la infancia, la autopercepción y experiencias traumáticas.

Hay varios motivos por los que alguna vez te hayan rechazado rotundamente un abrazo, tanto psicológicos como personales. En un primer momento, estas personas pueden parecer frías y distantes, pero quedarse con esta explicación sería un error, ya que la mente es mucho más compleja y depende de en gran medida de vivencias y comportamientos del pasado.

Una de las primeras causas está estrechamente relacionada con la infancia. Si a la persona que no le gustan los abrazos creció en un ambiente con poco o sin contacto físico, puede darse que un abrazo no sea interpretado como algo positivo.

La percepción del espacio personal es otro de los más importantes. Hay quienes tiene los límites más rígidos y consideran que el contacto físico es invasivo. Muy a menudo se asocia con personas más introvertidas o que necesitan vínculos muy fuertes para propiciar las interacciones sociales.

La autoestima tiene también un papel fundamental a la hora de mostrar afecto. Aquellos que han sufrido acoso o críticas por su aspecto físico pueden desarrollar una mayor sensibilidad hacia el contacto con otros. En este caso los abrazos pueden verse como una vulnerabilidad y desencuadernar un mecanismo de autodefensa que conduce al rechazo.

El último de los motivos sería una experiencia traumática. Son las personas víctimas de abusos que han vivido situaciones en las que el contacto estaba asociado con dolor o miedo. La mente tiende a evitar estas situaciones como un acto reflejo.

No todos expresan lo que siente de la misma manera y entender por qué alguien puede rechazarte un abrazo será útil a la hora de aprender a respetar sus límites.

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