
La llegada del buen tiempo hace que muchos corran al armario para cambiar a la ropa de verano, o al menos de entre tiempo, pero como la mayoría de cambios estos deben hacerse poco a poco. El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP) ha enviado un mensaje para que los ciudadanos miren abajo y presten "especial atención" a sus pies esta primavera.
Lo cierto es que durante el invierno se usa calzado cubierto, que mantiene protegido el pie del exterior, por lo que un cambio radical a unas sandalias, por ejemplo, puede hacer surgir determinadas molestias como rozaduras o heridas. Además, en los meses invernales se tiende a descuidar el cuidado del pie, por lo que ahora sería importante prestar parte de tu atención.
"Es fundamental recordar que los pies son la base de nuestro bienestar", ha explicado Elena Carrascosa, presidenta del CGCOP. La recomendación de los expertos consiste en no impacientarse y hacer una progresión de los zapatos cerrados a las sandalias u otro tipo de calzado propio de la primavera y el verano. Siguiendo estas pautas se podrán prevenir algunas molestias como son las rozaduras y las ampollas.
Aunque antes de iniciar el cambio hay que poner el foco en patologías como hiperqueratosis, lo que viene a ser durezas o callosidades como consecuencia directa del calzado cerrado. La onicomicosis, hongos en las uñas, es otro de los problemas producto de la humedad y el calor.
Una visita al podólogo por esta época del año podría ser una buena idea si se quieren mostrar unas uñas cuidadas y si se van a aplicar esmaltes permanentes o semipermanentes, algo nada recomendado.
Los expertos señalan que estos tipos de esmaltes, si se usan en exceso, pueden debilitar la uña y aumentar el riesgo de infecciones, a parte de alergias o reacciones adversas por determinados ingredientes que dificultan la detección de hongos, traumatismos o cambios en la uña.
Si se van a emplear los esmaltes, Carrascosa señala que es importante dejar pasar un tiempo para que las uñas descansen y se recuperen.
El secreto de unos pies sanos en primavera
Con esto en la cabeza, la CGCOP ha realizado una lista con recomendaciones generales que van más allá de seleccionar un calzado adecuado, evitar pasar de un calzado cerrado de invierno a uno abierto de verano y cuidar las uñas.
- Lavar los pies con agua tibia, jabón neutro y secarlos con cuidado.
- Aplicar diariamente crema hidratante específica para pies.
- Exfoliar semanalmente para eliminar durezas y células muertas.
- Mantener las uñas cortadas de manera recta para evitar que se encarnen.
- Protector solar siempre en la parte visible del pie, sobre todo en el empeine.
- Ir una vez al año a una revisión podológica.