El puente Viejo de Talavera de la Reina es una de las construcciones más representativas de la localidad a nivel de arquitectura civil y, aunque este fin de semana las crecidas del río Tajo han hecho que buena parte se derrumbe, sigue siendo un símbolo que durante el paso de los siglos se ha reformado y reconstruido en numerosas ocasiones.
"Esta noche es un día terrible para la historia de Talavera. Nuestro puente viejo o romano acaba de derrumbarse una parte. Una avenida de agua terrible para la ciudad. Gracias que lo cerramos para el paso ciudadano. Hoy mi corazón como alcalde sufre por esta pérdida patrimonial", anunciaba en su perfil de X el alcalde de Talavera José Julián Gregorio.
Conocido por sus vecinos como el puente romano, lo cierto es que poco guarda de esta época. Esta infraestructura, declarada en 2021 como Bien de Interés Cultural de Castilla la Mancha, fue levantada por orden del rey Fernando III entre los años 1483 y 1490. Esto quiere decir que este es un puente medieval, aunque conserve parte más primitiva de origen romano que corresponde a los cimientos del primer tramo que se encuentran debajo del nivel del agua, según apunta la web Turismo Talavera.
Los documentos que se tienen de esta construcción, que ha servido durante siglos como eje de comunicación norte-sur sobre el río Tajo, muestran que las autoridades empezaron a recaudar dinero para pagar las obras de este a partir de 1450. Antes de eso había una especie de puente romano en muy precarias condiciones. Entre todas las personas que participaron en impulsar este proyecto destaca la labor del arzobispado y del señor feudal de la ciudad, Pedro González de Mendoza.
Esta no es la primera vez que el puente sufre por las crecidas del Tajo y se pueden contar casi más de una decena de veces que se ha tenido que reconstruir. Una de las reconstrucciones que consta por escrito data de 1625. Ese año se quebró por avenidas de agua. "La imagen del puente con tablones salvando los ojos y el uso de barcas seguirá siendo la constante durante todo el siglo XIX", se puede leer en el documento del gobierno con el que se consiguió declarar bien de interés.
Además, se cuentan reparaciones del puente viejo en los años 1815, 1829, 1835, 1841 y 1850. Entre los papeles se pueden encontrar las peleas que había para determinar quién debía asumir el gasto de la reparación.
Pero este no sería el único periodo de tiempo en el que estuviera en mal estado. El pasado siglo la falta de mantenimiento y la guerra civil, con la que sufrió nuevos desperfectos, llevaron a las autoridades a cortar el tránsito en la década de los 70. En 1994 volvería a sufrir un desprendimiento en una de las partes del puente. Su última reconstrucción con ladrillos es de finales del pasado siglo y esta es la parte que ha cedido a causa de la crecida del Tajo.