
La inversión pública en las terapias farmacéuticas contra el cáncer de España se triplicó en la última década, según las cifras recogidas en un nuevo informe promovido por EFPIA, la patronal europea que aglutina a los laboratorios innovadores.
El gasto en medicamentos contra el cáncer de España ganó así peso respecto al resto de países europeos hasta alcanzar el 10% del desembolso conjunto en 2023, que ascendió a 64.300 millones de euros en Europa. Nueve años antes, el porcentaje de gasto español se reducía al 8% de un total de 24.900 millones. Estos porcentajes se traducirían en un gasto de 6.430 millones de euros en España, frente a una inversión cercana a los 2.000 millones de 2014.
Las cantidades hay que ponerlas en cuarentena, no obstante, al basarse en los precios marcados por los laboratorios y no en el gasto público real, ya que no recogen los descuentos y acuerdos confidenciales cerrados entre el Estado y las empresas farmacéuticas para obtener la financiación y comercialización de las nuevas terapias lanzadas al mercado. Los descuentos negociados por los estados podrían rondar el 50% para los nuevos medicamentos contra el cáncer, según alerta el informe.
En el caso español, este descuento se ajustaría más a la cifra facilitada por el Ministerio de Sanidad a elEconomista, que sitúa el gasto en medicamentos oncológicos a través de hospitales y oficinas de farmacia en 3.479,69 millones de euros en 2023, el 16,80% sobre el total de medicamentos.
La carga económica total del cáncer está creciendo, impulsada por la evolución demográfica y el creciente número de tumores que se pueden tratar. Los avances científicos han dado lugar a terapias dirigidas e inmunoterapias, con nuevos avances en el horizonte. El número de nuevos medicamentos oncológicos aprobados en Europa se ha acelerado en los últimos cinco años y la innovación está teniendo un impacto. Por ejemplo, la supervivencia relativa a cinco años para las personas con mieloma múltiple era del 30% a mediados de la década de 1990. Para 2020, esta cifra había alcanzado el 60%, salvando cerca de 12.946 vidas.
Disparidad de gasto y acceso por países
El nuevo informe europeo Cancer care 2025: una visión general de los datos sobre la evolución del cáncer en Europa, elaborado por el Instituto Sueco de Economía de la Salud, deja en evidencia las diferencias de acceso y gasto por países de las nuevas terapias aprobadas por Europa, lo que se traduce en oportunidades terapéuticas desiguales para los pacientes en un ámbito tan sensible como la oncología.
España figura en el pelotón de cabeza a la hora de incorporar a la cartera pública las principales novedades en el tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo, que representa cerca del 15% de los casos de cáncer de mama primario. El gasto en dosis semanal estándar (métrica comparada en el informe) en estos tratamientos supera la media europea y se acerca a los principales países. También se encuentra por encima de la media de gasto en los casos del cáncer de próstata, pulmón, melanoma y ginecológicos.
Peor suerte corren los pacientes en España en el tratamiento de cánceres gastrointestinales, que incluyen esófago, estómago, páncreas, colorrectal, ano, hígado y vesícula biliar. La adopción de los nuevos avances presenta grandes diferencias y España está por debajo de la media europea y también de Alemania, Francia e Italia.
Lo mismo ocurre en los tratamientos de los cánceres de vejiga y riñón. La adopción de los nuevos medicamentos (axitinib, cabozantinib, lenvatinib, pazopanib y enfortumab vedotin) presenta grandes variaciones, donde las ventas en España por casos tratados están a la cola de los cinco grandes mercados europeos y también por debajo de la media, según los datos del estudio.
Entre otros datos, España presenta un acceso limitado a las pruebas de análisis de inmunohistoquímica o IHQ para el cáncer de próstata, gástrico, de páncreas, carcinoma hepatocelular y carcinoma de vías biliares pulmón, mama y colon, junto con otros países como Grecia, Bulgaria y Rumanía. La sanidad española tampoco sale bien parada en la adopción de las pruebas de biomarcadores NGS en biopsias.
La investigación revela que casi 200.000 muertes por cáncer podrían evitarse cada año si los 15 países con datos de supervivencia disponibles igualaran las tasas de supervivencia de Suecia, el país con mejores resultados de Europa.