Salud Bienestar

Asisa y Adeslas plantean aumentar solo un 3% las tarifas a los hospitales, pese a la subida histórica de Muface

El presidente de ASPE, Carlos Rus
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El drama en Muface continúa. Esta vez tiene que ver con los centros y hospitales privados que prestan servicio. Tras aceptar el nuevo convenio, las aseguradoras Asisa y Adeslas tienen que pactar unas tarifas con los mencionados y la propuesta que han recibido ha sido como un jarro de agua fría. "Nos están planteando un aumento de las tarifas de un 3%, mientras que ellos han recibido una subida por encima del 40% de las primas", denuncia el presidente de ASPE, Carlos Rus, en una entrevista con elEconomista.es. "Lo lógico es que se transmitiera a los centros una parte significativa de ese porcentaje", añade.

La patronal de la sanidad privada pide a las compañías de seguros "alturas de miras" y una "remuneración justa" para los hospitales y clínicas. Esta negociación se está dando en un contexto geopolítico e internacional en el que estudian la implantación de distintos aranceles. Estos provocarán una subida de la inflación. "Si este año el IPC sube por encima del 3% y me estás ofreciendo ese mismo porcentaje, que es algo absolutamente insuficiente, ¡Imagínate si además estamos en un contexto inflacionista!", recalca Rus.

Hoy en día, el valor económico de una tarifa para atender a un mutualista es un 10% menor que la que ofrecen cuando se trata de un paciente con un seguro de salud privado. "Si un hospital tiene que llevar a cabo una intervención que cuesta 1.000 euros, la entidad paga el coste completo si se trata de un asegurado y 900 euros si es un mutualista", ejemplifica Carlos Rus.

La tarifa del 3% no solo se le está ofreciendo a los grupos hospitalarios que prestan servicio a las aseguradoras de Muface, sino también a las de Isfas y Mugeju. "Esa cantidad nos parece insuficiente, pero no puede compararse con la del mutualismo administrativo por su tamaño, servicio y personas a las que atiende", expone el presidente de ASPE.

En cuanto a la remuneración de los médicos, Rus dice que los profesionales sanitarios que trabajan en los centros y hospitales privados tienen un contrato mercantil y, por tanto, van a porcentaje. "Si la aseguradora paga más, el centro gana más y el médico también", afirma.

Otro aspecto con el que se está encontrando la sanidad privada encima de la mesa es una reducción "significativa" del cuadro clínico, según traslada el presidente de la sanidad privada. "Estamos viviendo ya propuestas en las que se está haciendo una disminución de los centros y el número de especialidades (también conocidas como claves) que la clínica u hospital va a tener", asegura Carlos Rus. "Vemos una tendencia clara y una comunicación a la desconcertación", recalca.

Paralelamente, ASPE reivindica que el cuadro médico se mantenga intacto durante la duración de los conciertos. "El asegurado, muchas veces elige una u otra compañía en función del centro, bien porque lo consideras especialmente bueno o por la cercanía con tu domicilio, etcétera. Pero si comienzas a ir, y de pronto, a mitad de juego te cambian el cuadro esto afecta", explica el presidente de la patronal.

Con la firma de Asisa y Adeslas, el Gobierno se ha asegurado la continuidad de Muface hasta finales de 2027. Los 1,5 millones de funcionarios que optan a cubrir sus salud con este modelo podrán seguir como hasta ahora, excepto los 200.000 mutualistas que estaban con DKV. "Tendrán que optar entre ir a algunas de las otras dos compañías o la sanidad pública. Entiendo que el que ha estado en el ámbito privado tenderá a continuar en él", indica Rus.

Sin embargo, hay una carta que juega en contra de Muface: la incertidumbre que ha habido estos meses acerca de si el modelo continuaba o no hasta llegar a esta tercera licitación. En este periodo de tiempo, "muchos mutualistas han tomado la decisión de saltar al servicio público", afirma Carlos Rus.

Esta ola de inseguridad también ha provocado que se haya incrementado la frecuentación de mutualistas en los servicios de la sanidad privada. "El último dato que tenemos del estudio de ICEA – el Instituto Estadístico del Seguro – es de septiembre y la frecuentación era menor. Esto fue en el momento del desarrollo del convenio. ¿Qué es lo que hemos visto que ha pasado en enero y febrero? Que muchos mutualistas decían "esto se acaba, tengo algo pendiente y quiero intervenirme". Entonces, se incrementaron de una forma muy llamativa el número de autorizaciones", explica Carlos Rus. En concreto, aumentaron por hasta diez veces. Ahora, "ya hay calma y creo que todo el mundo sabe que el modelo está garantizando su continuidad", añade.

Al mismo tiempo, los sindicatos como el CSIF denunciaron situaciones en las que no se había prestado servicio a los funcionarios que habían acudido al sistema de la sanidad privada. "Fueron casos concretos", afirma.

Asimismo, el presidente de ASPE apunta que la salida de DKV no tiene por qué afectar al servicio que se le presta a los pacientes. "Dentro del trío de aseguradoras que daban servicio, esta era la que tenía un menor porcentaje tanto de funcionarios como de plantación", explica. "Las otras dos van a ser perfectamente capaces. Al final las compañías hacen una intermediación y el que ofrece el servicio son los profesionales y los centros sanitarios. Nosotros seguimos siendo los mismo", agrega. No obstante, ahora las dos aseguradoras deberán concertar con centros de determinadas zonas geográficas con los que no lo había hecho hasta ahora, según indica Rus.

Si se analiza por zonas geográficas, Cataluña y La Rioja son las comunidades donde DKV era la que prestaba servicio a más mutualistas en comparación con Asisa y Adeslas. En concreto, su cartera estaba compuesta de 57.837 y 4.703 personas respectivamente. "Es donde las compañías han dado muchas vueltas a la hora de presentarse. Cataluña tiene un peso específico muy relevante y tanto Adeslas como Asisa tenían poca implantación", afirma Carlos Rus. "Más que incrementar sus centros en estas zonas, es posible que no tuvieran centros y ahora han tenido que llegar a un acuerdo con ellos para poder dar cobertura en lugares donde tenían muy pocos mutualistas", agrega.

Un modelo en decadencia

Muface ha sido un modelo que ha tenido éxito. Sin embargo, ha ido perdiendo tanto en número de aseguradoras que participan (se ha pasado de once a dos) como en mutualistas que se decantan por la sanidad privada. "En los últimos diez años, hemos pasado de un 86% a alrededor del 72%", dice el presidente de ASPE.

Pero, ¿cuál es el motivo?. Para ASPE, la principal causa es la infrafinanciación del modelo. "Un estudio que tenemos plasma que por cada 100 euros de presupuesto que se incrementa en en el ámbito público, en el mutualismo solo recibe 50 euros", detalla Rus. "Cuando esto pasa durante una década, al final es un servicio infra financiado y provoca pérdidas", agrega. Estas se han traducido en "peores tarifas" para algunos centros. También en complejidad, en el sentido de que había un volumen de mutualistas de dos millones y les dotaba de la misma cartera que la sanidad pública.

Asimismo, si Muface no toma un nuevo rumbo y no se soluciona esta situación, el modelo seguirá en decadencia y declive, y seguirá disminuyendo el número de funcionarios que optan por la privada, según la patronal.

La semana pasada, la patronal remitió un escrito compuesto por siete medidas al Ministerio para la Transformación Digital y Función Pública y ya han recibido una respuesta. "Dijeron que algunas se habían tenido en cuenta. Independientemente de que alguna de ellas se haya podido incluir, estamos a la espera de que se dé una adjudicación definitiva para tener todos los detalles", indica Carlos Rus.

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