
Uno de los electrodomésticos más imprescindibles en una cocina es un microondas. Este aparato sirve para calentar, descongelar y cocinar alimentos de una forma rápida. Por ello, es común utilizarlo para ahorrar tiempo a la hora de calentar líquidos o comidas, en vez de usar sartenes u ollas.
Una práctica muy usada es calentar el agua en el microondas para hacer cafés, tés o infusiones, por ejemplo. Pero este gesto puede suponer un riesgo para la salud por varias razones.
El agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de hidrógeno y cuando la temperatura va aumentando, las moléculas se agitan. Al entrar en movimiento la materia, se produce la energía, que se termina convirtiendo en calor.
Cuando el agua se calienta en una olla, la temperatura empieza a descender de abajo hacia arriba, hirviendo cuando llega a los 100 grados. Pero al calentarlo en el microondas es distinto, porque todo lo que se calienta, lo empieza a hacer desde afuera hacia adentro.
Esto es lo que lo hace peligroso, por el hecho de que el agua puede sufrir un sobrecalentamiento y superar los 100 grados sin que uno se dé cuenta. A esa temperatura, el agua supera el punto de ebullición y se vuelve muy inestable con mucho vapor de por medio.
Según el portal 'Enséñame la ciencia', al sobrecalentarse el agua y formar mucho vapor, puede salir disparada a modo explosión si se agita con una mínima agitación. Si explota, puede provocar quemaduras graves en la persona.
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