
Con el fin del verano, la vuelta al cole y a la rutina, y el gran gasto que supone el verano estés donde estés, las familias ahora en septiembre buscan ahorrar en cada rincón que puedan. Sin duda el gasto en casa es siempre uno de los mayores, y dentro de nuestro hogar, el consumo de electricidad suele ser uno de los más altos en la factura de final de mes.
Si bien es cierto que el precio de la luz se ha regulado algo más si lo comparamos con el año anterior, y tenemos en cuenta que cada vez más dispositivos y aparatos electrónicos disponen de modos o simplemente están diseñados para ser más eficientes y consumen menos, el gasto sigue existiendo y la electricidad hay que pagarla.
Aunque los usuarios sigan aplicando las medidas tradicionales, como suele ser la de apagar estos aparatos cuando no están siendo utilizados. Pero esto es uno de los grandes engaños de nuestra historia, y es que aunque esté apagado, estos dispositivos no tienen gasto cero, y a pesar de que el consumo sea menor que cuando está encendido, sigue gastando.
Y entre todos los aparatos que hay en nuestra casa y contribuyen al gasto de electricidad, el que más gasta y podemos encontrar en prácticamente todos los hogares es el televisor. Nuestra TV consume todo el rato, incluso cuando está apagada y solo sale la luz roja, y para sorpresa de muchos su impacto se nota más en la factura que otros como la nevera o la lavadora, llegando a suponer entre un 10% al 20% más en la factura de la luz a fin de mes.
Puede soñar extraño, ya que hoy en día la mayoría de televisores son inteligentes y sería de esperar que los fabricantes se hubieran esmerado en hacer un producto más eficiente, no obstante, el problema se da sobre todo con las Smart TV debido a que estas no se apagan nunca del todo y están más bien en stand-by.
El problema es que estos aparatos están en constante actualización, además de que al estar conectados a internet también consumo mucho. E incluso el hecho de tengan que estar como preparadas para encenderse con el mando a distancia, contribuye a que el consumo sea mayor.
La forma más efectiva de reducir el consumo de tu televisor es la de desenchufarlo mientras no lo utilices, sobre todo en periodos largos que vayas a estar fuera de casa.
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