
Los microinfartos cardíacos son conocidos como infartos silenciosos y suceden cuando una pequeña parte del músculo cardíaco sufre daño por una interrupción temporal del flujo sanguíneo. Aunque no se conocen tanto como los infartos, pueden llegar a tener consecuencias graves si no se detectan a tiempo.
Los factores de riesgo de padecer un microinfarto pueden ser la aterosclerosis, acumulación de placas de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias puede reducir el flujo de sangre. Otros factores como el tabaquismo, la diabetes o el colesterol alto pueden incrementar el riesgo de que aparezca.
Estos infartos silenciosos pueden debilitar el músculo cardíaco y afectar su capacidad de bombear sangre de forma eficiente. Ese daño puede derivar en una insuficiencia cardíaca. Para evitarlo, la prevención y monitorear de forma regular el corazón es clave.
Se recomienda llevar una dieta sana, hacer ejercicio de forma regular, controlar la presión arterial, el colesterol y evitar el tabaco.
Síntomas de microinfarto
Los síntomas de un microinfarto cardíaco pueden ser:
- Presión en el centro del pecho que puede durar varios minutos.
- Dolor leve en la garganta o tórax que se puede confundir con indigestión, reflujo o acidez estomacal.
- Incomodidad en las zonas superiores del cuerpo como en los brazos, la espalda, el cuello, la mandíbula o el estómago.
- Falta repentina de aire antes o mientras surge la presión en el pecho.
- Sudores fríos.
- Náuseas.
- Mareos.