
El vino es una bebida que lleva acompañando al ser humano desde hace miles de años, habiendo diversas variedades de uvas, técnicas de fermentación y climas que influyen en el producto final. Muchas comunidades han defendido los beneficios medicinales de tomar vino y en la actualidad se tiene la creencia de que beber una copa al día es bueno para la salud.
Esto se basa en investigaciones científicas erróneas, según un nuevo informe publicado en el 'Journal of Studies on Alcohol and Drugs'. Los estudios que vinculan el consumo moderado de alcohol con beneficios para la salud padecen fallos de diseño fundamentales, según afirma el investigador principal Tim Stockwell, científico del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias de la Universidad de Victoria.
El fallo es que los estudios que afirmaban eso, se centraban generalmente en adultos mayores sin tener en cuenta los hábitos de consumo de alcohol de las personas a lo largo de su vida. En este nuevo análisis han identificado 107 estudios publicados que siguieron a personas a lo largo del tiempo y analizaron la relación entre los hábitos de consumo de alcohol y la longevidad.
Un estudio demuestra que beber vino con moderación no alarga la vida
Según el autor, el consumo moderado de alcohol probablemente no prolongue la vida de las personas y, de hecho, conlleva algunos riesgos potenciales para la salud, incluido un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Es por eso que ninguna organización de salud importante ha establecido nunca un nivel de consumo de alcohol libre de riesgos. "Simplemente no existe un nivel de consumo de alcohol que sea completamente 'seguro'", concluye Stockwell.
Aunque el vino contiene propiedades beneficiosas para la salud como los polifenoles como el resveratrol, que se encuentra específicamente en la piel de las uvas rojas. Tiene un posible papel en la reducción del colesterol 'malo' y la prevención de la coagulación sanguínea. Estos antioxidantes pueden mitigar la inflamación y proteger el sistema cardiovascular, aunque el vino no es la mejor forma de consumirlos y la cantidad de estos antioxidantes pueden variar entre vino tinto y blanco.
"Hasta ahora no hay ninguna investigación que demuestre que existe una relación directa entre una mejor salud cardíaca y el consumo de alcohol", añade Kailey Proctor, dietista registrada y certificada por la junta en City of Hope Orange County en Irvine, California. "Y es importante señalar que todas las bebidas alcohólicas, incluidos el vino tinto y blanco, la cerveza y el licor, están relacionadas con el riesgo de cáncer".
En definitiva, ninguna cantidad de antioxidantes puede contrarrestar los posibles daños que se derivan del consumo de alcohol. El consumo excesivo y excesivo, en particular, conlleva importantes riesgos para la salud, que van desde problemas hepáticos y enfermedades cardíacas hasta varios tipos de cáncer.