El cortisol es conocido como la 'hormona del estrés', es segregada por las glándulas suprarrenales ubicadas sobre cada riñón. Su nivel excesivo provoca reacciones negativas en el cuerpo con síntomas como la depresión, ansiedad, presión arterial alta o envejecimiento. Por lo que tiene un papel importante en respuesta del cuerpo ante situaciones tensas.
Cuando se dan estas situaciones de estrés, las glándulas suprarrenales liberan hormonas como el cortisol y la adrenalina que provocan respuestas fisiológicas como el incremento de frecuencia cardíaca, respiración acelerada y tensión muscular.
Los altos niveles de cortisol pueden suprimir el sistema inmunológico, cambiando el metabolismo, aumentando el riesgo de padecer diabetes, fatiga crónica o aumento de peso. También afectarían en la función del cerebro y al estado de humor.
Para reducir y controlar los niveles de cortisol hay que llevar una alimentación equilibrada rica en algunas vitaminas y haciendo ejercicio físico.
Vitamina C
Contribuye a segregar dopamina y a reducir el estrés. Se encuentra en alimentos como verduras (brócoli) y frutas (naranja, fresas y melón).
Vitaminas B
Destacan por su importancia en el sistema nervioso y tiene un papel clave para controlar el estrés. En el caso de la vitamina B6 y la B12, contribuyen al procesamiento de homocisteína, un aminoácido vinculado con enfermedades cardíacas. Estas dos últimas vitaminas se pueden encontrar en pescados, carne y productos lácteos.
Vitamina D
Ayuda al estado anímico y su deficiencia se relaciona con el riesgo de desarrollar depresión. Algunos de los alimentos con un alto contenido en este nutriente son: pescado, huevo y lácteos bajos en grasa, tomar el sol aporta vitamina D.