Varios científicos del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada), a través de un estudio preclínico, han demostrado que determinados medicamentos -comúnmente usados para el tratamiento de la hipertensión arterial- tienen efectos beneficiosos sobre la salud del intestino y el equilibrio de las bacterias intestinales.
En particular, el equipo de investigadores encabezado por Juan Duarte, en colaboración con el colectivo de Francisco O'Valle, han analizado los efectos de tres medicamentos antihipertensivos ampliamente utilizados en clínica (captopril, amlodipino e hidroclorotiazida) en ratas con hipertensión genética, una condición que simula la hipertensión en humanos.
"La hipertensión arterial es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares en el mundo, y su control es fundamental para la salud de millones de personas", ha revelado de manera contundente Duarte.
En profundidad
Tras el tratamiento con captopril y amlodipino, los expertos observaron que los niveles de bacterias productoras de acetato se normalizaron y la salud de la barrera intestinal mejoró, reduciendo la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro.
Por el contrario, la hidroclorotiazida, aunque efectiva en reducir la presión arterial, no produjo estos beneficios adicionales en la salud intestinal. Y no solo eso: el papel del amlodipino es fundamental en la mejora de la comunicación entre el intestino y el cerebro.
Futuro
La investigación, cabe destacar, ha sido financiada recientemente por la Agencia Estatal de Investigación, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Junta de Andalucía, con el apoyo de fondos de la Unión Europea (Feder) y del Instituto de Salud Carlos III.
Estos hallazgos, como era previsible, no hacen más que sugerir nuevas oportunidades para tratar la hipertensión a través de un enfoque integrado que considere todos los aspectos. Sí, hablamos tanto de la regulación de la presión arterial como del bienestar intestinal.
