
Desde el pasado 10 de agosto, los suscriptores de la plataforma Netflix pueden ver en sus televisores o dispositivos 'Medicina Letal' (Painkiller), la miniserie de seis capítulos que aborda la crisis de los opiáceos vivida en Estados Unidos a partir de los años 90. Esta, a su vez, aprovecha la preocupación ciudadana en torno a la 'droga zombie' para acaparar la atención atención del público seriéfilo.
A pesar de que en la actualidad el opioide que acapara todos los titulares es el fentanilo, en aquellos días la alarma social la generaba el OxyContin, un fuerte fármaco destinado a calmar y aliviar el dolor, pero que también generó dependencia entre muchos de sus consumidores y que dejó tras de sí miles de víctimas.
Con motivo del estreno de la serie, este analgésico ha despertado la curiosidad entre quienes desconocen qué es exactamente el OxyContin.
Qué es el OxyContin
El OxyContin es un fármaco cuyo principio activo es el hidrocloruro de oxicodona, un potente analgésico del grupo de los opioides que se emplea para el tratamiento del dolor intenso. A día de hoy, puede adquirirse en farmacias bajo receta médica.
Aunque la dosis para cada paciente dependerá de la valoración de su respectivo facultativo, lo habitual es que se indique un comprimido cada doce horas, suficiente para calmar el dolor durante todo el día ya que su principio activo se libera de forma prolongada.
Según su prospecto, el uso repetido de este analgésico puede causar "dependencia, abuso y adicción", lo cual "puede provocar una sobredosis que ponga en riesgo su vida".
Una persona se habrá convertido en dependiente o adicto cuando necesite tomar el medicamento durante más tiempo del recomendado por su médico, cuando necesite tomar más dosis de la recomendada, cuando lo use por razones distintas a las prescritas (como para dormir mejor o mantener la calma, por ejemplo) o cuando presente síntomas de abstinencia. "El resultado más grave de la sobredosis de opioides es la depresión respiratoria (respiración lenta y superficial). Esto puede provocar también que disminuya la concentración de oxígeno en la sangre, lo que puede causar desmayos, etc.", indica su prospecto.
Del mismo modo, su consumo puede provocar efectos adversos frecuentes (que afectan a uno de cada diez pacientes), entre los que se encuentra el estreñimiento, vértigos, vómitos, sofocos, insomnio, dolor de cabeza, mareos, picores, cansancio o agotamiento, entre muchos otros.