
Valter Longo es uno de los rostros más reconocidos en cuanto al campo de la longevidad o cómo conseguir llegar a vivir más de 100 años de manera saludable. El profesor de biogerontología y director del Instituto de Longevidad de la Escuela de Gerontología de la Universidad del Sur de California Davis en Los Ángeles, Valter ha publicado varios libros en los que cuenta sus conclusiones sobre cómo conseguir la ansiada longevidad de manera saludable.
Además, la eminencia ha creado su propia fundación, en donde trabaja como directora científica Romina Cervigni, que realizó un doctorado en la Open University del Reino Unido, donde se especializó en oncología, lo que combinó con un máster de segundo nivel en Nutrición y Dietética.
Aunque cualquier persona puede pensar inmediatamente que el hecho de llegar a los 100 años de edad depende mucho de la genética, cosa que tiene un gran peso, lo cierto es que Cervigni apunta a dos factores que son mucho más importantes para conseguir este objetivo.
"Un estilo de vida saludable y una nutrición adecuada son las armas más poderosas que tenemos a nuestra disposición para programar nuestro cuerpo para una longevidad saludable, ralentizando el deterioro celular y promoviendo una mejor respuesta inmunitaria a las enfermedades", indica la experta como factores claves en su decálogo para una longevidad sana.
Una rutina diaria
De este modo, para conseguir la longevidad, no solamente hay que llevar a cabo una dieta específica o contar con una buena genética, sino que hay que conseguir cambiar el estilo de vida al completo, siguiendo una serie de pautas que se recogen en el mencionado decálogo desarrollado por el equipo de nutricionistas de la Fondazione Valter Longo Onlus.
En primer lugar, hay que priorizar la dieta pescetariana, que consiste en aumentar la ingesta de alimentos de origen vegetal, al mismo tiempo que se incluye pescados dos o tres veces por semana, evitando lo que tengan contenido en mercurio. Tras los 65-70 años de edad, se debe aumentar aún más la ingesta de pescado, fruta y otros alimentos de origen animal, como lácteos y huevos.
Igualmente, hay que ingerir suficiente proteína, entre 0,7 y 0,8 gramos al día por cada kilo de peso corporal, aumentando la cantidad a partir de los 65-70 años. Ante esto, hay que saber que están permitidas la grasas insaturadas y los carbohidratos complejos: aceite de oliva, frutos secos, pescado, cereales integrales, legumbres y verduras están permitidos.
Por otro lado, el menú variado lo es todo. De hecho, variar al máximo las fuentes nutricionales aporta cantidad adecuadas de proteínas, ácidos grasos esenciales, minerales, vitaminas y azúcares. Para conseguir esto, basta con dos comidas al día un almuerzo para las personas que necesitan bajar de peso, mientras que para las personas con un peso normal pueden comer tres comidas y un almuerzo.
Un truco clave está en reducir el tiempo de las comidas. ¿Cómo? Limita el tiempo de comidas a 12 horas al día. Si cenas a las 20.00 horas, el desayuno debería ser a las 08.00 horas, 12 horas después. En España, donde la cena se suele retrasar hasta las 22.00 horas, no se debería hacer el desayuno hasta las 10.00 horas.
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