
La esperanza de vida es cada vez más elevada. La sociedad avanza irrefrenable hacia un mundo en el que las personas alcanzarán los cien años sin problemas, y eso requiere ciertos cambios. Expertos como Andrew Scott aseguran que a la gente le preocupa más envejecer que el propio hecho de vivir mucho tiempo. Numerosas investigaciones tratan de saber los motivos por los cuales los ochenta son los nuevos sesenta.
Recientemente se publicó un estudio realizado por Frank Martela, filósofo e investigador de psicología de la Universidad Aalto (Finlandia), en el que trataban de buscar algunos de esos motivos por los cuales la esperanza de vida es cada vez mayor y si esto tiene alguna relación con los propósitos vitales de las personas. Aunque este aspecto está marcado por otros muchos factores como la salud, el consumo de alcohol o tabaco, la edad, el sexo e incluso el país de procedencia, se demostró que había una característica común en muchas personas.
El estudio
Para realizar esta investigación, se sirvieron de los datos de cerca de 6.000 adultos participantes en un estudio médico de la Mediana Edad en Estados Unidos entre los años 1994 y 1996. Las personas aportaron datos sobre su estado de salud, satisfacción vital, relaciones sociales y situación laboral, además de otras informaciones relevantes como peso, enfermedades y consumo de alcohol y tabaco.
Los participantes debían afirmar si estaban de acuerdo o en desacuerdo con afirmaciones como "A veces siento que ya he hecho todo lo que tenía que hacer en la vida" o "Algunas personas vagan sin rumbo por la vida, pero yo no soy uno de ellos." Martela asegura que "el propósito en la vida se mantuvo significativo en todos nuestros análisis, mientras que la satisfacción vital no. Esto sugiere que el propósito es el predictor más fiable de la longevidad".
El resultado
El estudio demostró que, sin tener en cuenta otros factores, el nivel de satisfacción vital de las personas que participaron en la investigación no estaba directamente relacionada con su longevidad. No obstante, aquellos que afirmaron tener un propósito de vida firme y fuerte, tenían mayor probabilidad de aumentar notablemente la esperanza de vida y vivir más que los que no lo tienen.
Según Martela, esto quiere decir que la existencia de un propósito vital podría ser más relevante para la longevidad que la satisfacción con la vida. "Una vida con propósito puede energizarnos y dar esperanza incluso en esos momentos en que las circunstancias nos dejan insatisfechos", afirma. Por lo tanto, el experto sugiere dar importancia a la salud general y también a la emocional para alargar nuestra vida un poco más.
Relacionados
- La viróloga Margarita del Val: "Las vacunas son las que nos han sacado de la pandemia. Son la solución para ayudar a nuestro sistema inmunitario"
- El psicólogo Alberto Soler explica las ventajas de ser introvertido: "La principal diferencia es cómo recargan la energía"
- ¿De cuál de los dos padres heredan la inteligencia los niños? La ciencia tiene la respuesta
- Lo que una odontóloga afirma sobre la forma de cepillarse los dientes para no desgastar el esmalte dental