Mientras algunas personas sienten que la juventud se les escapa de las manos, hay quienes perciben este paso de los años como una oportunidad de seguir viviendo y una forma de mantener el espíritu joven en todo momento, independientemente de las circunstancias.
A tener en cuenta
Y esto, por supuesto, también contribuye a aumentar mucho el límite de la vida. ¿Por qué? Está claro: un individuo que logra acumular juventud tomará mejores decisiones con respecto a su cuerpo y salud. Y todo ello lo hará mejor persona, tanto a corto como a largo plazo.
Más allá de los retoques estéticos, hay que tener en cuenta que podemos ralentizar el proceso de envejecimiento y mejorar la calidad de vida. De hecho, la longevidad saludable no se basa en vivir muchos años, sino en hacerlo de forma plena, con vitalidad y sin limitaciones.
La lista completa
Para ello, hay que seguir estos hábitos saludables que nos harán sentir hasta seis años más joven biológicamente:
- No fumar. Es algo que envejece rápidamente debido a la gran cantidad de toxinas que ingresan al organismo y que dañan varios órganos.
- Llevar a cabo actividad física al menos tres veces por semana. Aporta numerosos beneficios a la salud y, por si fuera poco, previene el envejecimiento biológico al mejorar la salud cardiovascular.
- Limitar el consumo de azúcar. Esto causa envejecimiento directamente en las células del cuerpo, por lo que reducir su consumo es lo mejor que puedes hacer.
- Dormir ocho horas. Tener un buen descanso es fundamental para mantener joven al organismo.
- Reducir el consumo de grasas. Mantener estables los niveles de colesterol es vitar para reducir nuestra edad biológica, debido a que el colesterol elevado daña el corazón.
- Tener un peso saludable. Es conveniente tratar de mantener un peso promedio para evitar problemas de salud.
- Llevar una dieta mediterránea. Es alta en grasas saludables y tiene el perfecto balance entre verduras, proteínas y semillas.
- Mantener estable la presión arterial. Hay que monitorear nuestra presión arterial y evitar el consumo de sal, así como otros factores que puedan derivar en hipertensión.