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Los pequeños cambios en la forma de caminar que pueden mejorar la artrosis de tu rodilla

Foto: iStock

Un estudio elaborado por investigadores del NYU Langone Health, la Universidad de Utah y la Universidad de Standford descubrió que cambiar la forma en la que los pacientes de artrosis colocan sus pies al caminar, permite disminuir la carga adicional y ayuda a combatir los síntomas de la enfermedad.

El estudio

La investigación contó con la participación de 68 hombres y mujeres que presentaban osteoartritis o artrosis de rodilla, tanto leve como moderada a los que les instaron a cambiar la forma de caminar. Posteriormente, les hicieron una resonancia magnética para controlar qué también funcionaba este cambio.

Así, las personas que inclinaron sus pies ligeramente hacia dentro o hacia afuera respecto de su alineación natural, experimentaron una degeneración más lenta del cartílago en la parte interna de la rodilla, en comparación de quienes fueron alentados a caminar sin cambios en la posición.

Un nuevo tratamiento no invasivo

"Aunque nuestros resultados deberán confirmarse en estudios futuros, plantean la posibilidad de que el nuevo tratamiento no invasivo pueda ayudar a retrasar la cirugía", dijo la principal coautora del estudio Valentina Mazzoli. Por ello, según esta, cuanto antes reciban los pacientes un reemplazo de rodilla, más probabilidad hay de que requieran procedimientos adicionales en el futuro.

Según los participantes, quienes cambiaron el ángulo del pie redujeron su dolor unos dos puntos y medio sobre diez, es decir, un efecto similar al de los analgésicos de venta libre. En cambio, quienes no cambiaron su marcha, el dolor se redujo únicamente poco más de un punto.

En España

La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente y que afecta en mayor porcentaje a la población, puesto que alrededor del 30% de las personas mayores de 40 años padecen algún tipo de artrosis en las articulaciones. Esta enfermedad está estrechamente vinculada al envejecimiento, aunque también hay otros factores muy relacionados como la predisposición genética, la obesidad o la práctica de deportes de contacto, entre otros.

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