
Las altas temperaturas hacen que durante unos meses del año se recurra al aire acondicionado con el fin de mantenernos frescos. No obstante, este tipo de aparatos, aunque suponen un gran alivio para nuestro confort, también pueden conllevar algunos riesgos al tratarse de focos de bacterias, como es el caso de la Legionella pneumophila, causante de la enfermedad con el mismo nombre.
Este microorganismo se encuentra generalmente en aguas estancadas, capaz de sobrevivir a casi cualquier temperatura, aunque se ve favorecida por aquellas por encima de los 35 °C. Si bien, también puede proliferar en ambientes como los sistemas de agua artificiales, como es el caso del aire acondicionado. El principal riesgo de esto es que el contagio se da mayoritariamente a través de la inhalación de esta.
Síntomas
La legionela, legionelosis o enfermedad del legionario es una afección cuyos síntomas se comienzan a manifestar entre dos y diez días después de la exposición a la bacteria, según recoge el portal Mayo Clinic. Entre estos destaca el fuerte dolor de cabeza, dolores musculares, fiebre, problemas gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea), tos con moco e, incluso, confusión o cambios mentales.
La detección del contagio con legionela se produce a través de análisis de sangre u orina y en algunos casos puede ser necesario una radiografía de tórax que pueda mostrar el grado de infección en los pulmones, así como el análisis de una muestra de esputo o tejido pulmonar.
El tratamiento de esta enfermedad pasa por la administración de antibióticos como azitromicina y levofloxacino. Si bien en algunos casos puede llegar a ser mortal, si se llevan a cabo medidas desde el primer momento es menos probable que se presenten graves complicaciones. En el caso de la fiebre de Pontiac, una forma leve de legionela, los síntomas suelen desaparecer por sí solos a los pocos días.
Prevención
La forma de prevenir la proliferación de este tipo de bacterias es a través del mantenimiento regular de los sistemas de aire acondicionado, así como la limpieza, desinfección mediante cloro y control de la temperatura. Lo más importante es mantener el agua caliente por encima de los 60 °C y la fría por debajo de los 20 °C. Los profesionales advierten de la importancia de realizar controles periódicos para detectar la presencia de esta bacteria.
Relacionados
- El riesgo de ser el segundo presidente más viejo de la historia: Trump tiene una enfermedad venosa crónica
- La gripe de Magaluf: la rara enfermedad que experimentan los turistas que vuelven de Mallorca
- Investigadores internacionales encuentran una molécula intestinal que podría ser la causante de enfermedades cardiovasculares
- Cómo detectar enfermedades cardiacas ocultas en España, según la inteligencia artificial