Salud Bienestar

Los científicos advierten que la terapia contra el VIH puede acelerar el envejecimiento: estos son los principales factores que influyen

Fuente: Canva

La terapia antirretroviral (TAR) supuso un gran avance en la historia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), puesto que en fases avanzadas conducía al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que en muchos casos resultaba mortal. En la actualidad, gracias a este tratamiento se mejoraba significativamente la salud de gran cantidad de personas con este virus, según recoge The Conversation.

El TAR consiste en la combinación de diversos fármacos con el fin de inhibir la replicación del VIH, es decir, que se multiplique dentro del cuerpo. De hecho, resulta tan eficaz que se logra disminuir la carga viral hasta niveles indetectables, lo que permite reducir drásticamente la mortalidad. Las proyecciones indican que para el año 2030, el 73% de las personas portadoras de este virus superarán los 50 años de edad.

Nuevos desafíos

No obstante, como contrapartida se han descubierto nuevos desafíos como puede ser un "envejecimiento prematuro". Las personas con VIH viven más años, se incrementa la predisposición a desarrollar otras enfermedades asociadas a la edad como problemas cardiovasculares, hepáticos, renales, metabólicos, así como cáncer o deterioro cognitivo y demencia.

Más de la mitad de las personas con VIH con edades comprendidas entre los 18 y los 49 años ya padecen al menos alguna enfermedad no derivada del virus, siendo la principal causa de muerte en el 66% de los casos. Por este motivo, a pesar de la efectividad de la terapia, tanto la infección como su tratamiento pueden dejar secuelas a largo plazo. De ahí que se planteen nuevos interrogantes y retos para la comunidad médica y científica.

Las causas del envejecimiento prematuro

El envejecimiento prematuro en personas con VIH influyen numerosas variables biológicas, farmacológicas y sociales que aceleran los procesos. Entre estos destacan algunos como:

  • Activación inmune residual. A pesar de que la terapia controla eficazmente el VIH, la realidad es que no lo erradica por completo, lo que hace que el sistema inmunitario esté en constante activación, lo que genera un desgaste en el organismo.
  • Estrés oxidativo. Las moléculas reactivas dañan las células y los tejidos de forma continua, dando lugar a un envejecimiento prematuro.
  • Cambios en la microbiota intestinal. El VIH daña la barrera intestinal y trastoca el equilibrio de la microbiota, lo que puede hacer que las bacterias pasen a la sangre, dando lugar a una inflamación sistémica.
  • Toxicidad farmacológica. Particularmente los fármacos antirretrovirales antiguos pueden tener efecto a largo plazo, interfiriendo en el metabolismo energético y dañando la salud celular.
  • Varias infecciones a la vez. Es habitual que las personas con VIH presenten también otras infecciones crónicas como el citomegalovirus, los virus del herpes, del papiloma humano o la hepatitis. Estas pueden incrementar la acción del sistema inmune.
  • Factores psicosociales. Aunque la idea de esta enfermedad ha evolucionado en los últimos años, todavía existe una gran discriminación y estigma social al respecto, lo que impacta negativamente en la salud física y mental de las personas que lo padecen.
  • Estilo de vida. Al igual que en cualquier otro caso, ciertos hábitos como el tabaquismo o el consumo excesivo de alcohol u otras sustancias, puede incrementar este envejecimiento prematuro.

En cualquier caso, los profesionales sanitarios centran sus líneas de investigación en el desarrollo de tratamientos más personalizados que mejoren la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.

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