
Un ataque cardíaco o infarto se produce por el bloqueo de una de las arterias coronarias que transportan sangre y oxígeno al corazón, lo que hace que las células de este acaben muriendo. La causa principal de este bloqueo suele ser la acumulación de placa por colesterol. Desde 2006 a 2022, la tasa de fallecimiento por infarto de miocardio ha bajado de forma significativa, desde los 22.000 aproximadamente hasta los 13.000.
Una de las claves para evitar el fallecimiento radica en la necesidad de actuar de forma urgente en cuanto se identifican los primeros síntomas, tales como dolor en una parte del cuerpo o dolor que irradia hacia los brazos, el hombre, la mandíbula o la espalda. Si bien, existe una enfermedad que tiene unos síntomas muy similares a los del infarto, por lo que habitualmente suelen confundirse y provocar un gran temor entre las personas que lo sufren.
Este es el caso de la costocondritis o síndrome costoesternal, el cual se da por la inflamación del cartílago costal que une el esternón con las costillas. Si bien, las causas de esta afección no siempre son conocidos, aunque las más frecuentes son lesiones o golpes en el pecho, esfuerzos excesivos, artritis, infecciones en el sistema respiratorio o por un esfuerzo desmedido al toser.
Las diferencias
Los síntomas suelen ser dolor muy agudo y presión en el pecho (más notable en la parte izquierda de las costillas) y, en algunos casos, puede llegar hasta zonas como el abdomen o el cuello. Si bien se trata de un dolor muy parecido al de un infarto, tiene algunas diferencias. En primer lugar, el dolor provocado por un ataque al corazón no solo se experimenta en el pecho, sino que también se extiende por los brazos, dando lugar a una sensación de opresión en la zona del pecho.
Por otra parte, el dolor de la costocondritis, aunque puede darse, no es habitual que se extienda más allá del pecho y suele intensificarse con el movimiento. Una forma de comprobar si se trata de esta es que cuando se ejerce presión en el tórax o el esternón, se experimenta un dolor mucho más intenso.
La costocondritis suele desaparecer por sí sola, aunque el dolor puede manifestarse durante una o varias semanas, por lo que si las molestias persisten en el tiempo probablemente sea necesaria la medicación. Además, los efectos de esta afección pueden paliarse gracias a estiramientos de los músculos del pecho o estimulación nerviosa transcutánea.
El infarto es una patología muy grave que puede dar lugar al fallecimiento, por lo que, ante cualquier síntoma que se perciba de este, lo más recomendable es acudir lo más pronto posible al médico.
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