
Una de las prácticas o manías más habituales entre muchas personas es crujirse los nudillos o los dedos. Si bien no hay datos exactos sobre cuántas personas se crujen los dedos en España, se estima que entre el 25 y el 50% de la población suele hacerlo de forma recurrente. Uno de los mayores mitos sobre esta costumbre es que causa artritis, si bien, por el momento no hay evidencia científica concluyente que demuestre esta relación.
Para muchas personas que no lo practican, este sonido puede ser especialmente molesto, el cual se produce debido a la presión que se ejerce al presionar los nudillos la cual aumenta el espacio entre las articulaciones de los dedos. "Esto hace que las burbujas de gas en el líquido sinovial colapsen o exploten", señala un artículo titulado Knuckle cracking: Annoying and harmful, or just annoying?, de la Universidad de Harvard.
En cuanto a los factores o causas que desencadenan esta práctica se encuentran algunos como el estrés o una manía simplemente desarrollada por inercia. A simple vista, no se trata de una práctica dañina para la salud, si bien, se han dado casos puntuales en los que la persona termina dislocando o lesionando sus tendones por crujirse los nudillos con demasiada fuerza, indican los expertos.
Este chasquido en otras articulaciones
En un experimento llevado a cabo en 1990 en el que participaron 74 personas se observó que las personas que trataron sus nudillos de una forma "más violenta" registraron algo de hinchazón, mientras que el resto no presentaron ningún tipo de alteración, ni siquiera artritis. En cualquier caso, crujir nuestros propios dedos no es peligroso, pero que otros lo hagan por nosotros sí puede llegar a serlo.
Una de las particularidades de este tipo de manías es que no podemos llegar a crujirnos dos veces el mismo nudillo de forma seguida. Esto se explica porque estas "burbujas" tardan un tiempo en acumularse de nuevo en la articulación, de ahí que no haya que hacerlo dos veces.
Por otra parte, este tipo de chasquido también suele darse en otro tipo de articulaciones como rodillas o codos, con tan solo doblarlos. A pesar de que este sonido puede estar vinculado a algún tipo de dolencia o condición médica, siempre que no exista dolor, hinchazón o algún síntoma similar, no hay motivo de preocupación.
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