
Julio Trindade. Para muchos, un nombre totalmente desconocido. Ahora bien, para otros, se trata de una persona que dio la vuelta al mundo por su impactante historia hace varios años. Y no es para menos. Aunque no sea novedosa, generó un gran impacto en todas las redes sociales.
El origen de todo
Al parecer, este individuo descubrió hace varios años que padecía apnea del sueño, un trastorno bastante grave en el cual la respiración se interrumpe de forma repetida el tiempo suficiente para perturbar el sueño. Tras buscar alternativas, la única solución que le plantearon fue realizarse una cirugía ortognática para corregir la estructura de su mandíbula.
Y aceptó, claro está. Después de investigar y encontrar un experto, se sometió al procedimiento en mayo de 2024. Aunque todo parecía ir normal, progresivamente comenzó a tener complicaciones respiratorias. De hecho, unos días más tarde tuvo que ser internado en una unidad de cuidados intensivos (UCI) y su salida del hospital parecía verse muy lejos.
Más detalles
En total, estuvo unos 40 días dormido. Durante ese periodo, los médicos tuvieron que someterlo a múltiples cirugías, entre las cuales estuvieron la amputación de su pie izquierdo, varios dedos de su otro pie y de su mano derecha. Todo ello mientras su esposa se encontraba en la etapa final de su embarazo.
Con tan solo 35 años, le dieron un 3% de posibilidades de sobrevivir, según 'Semana'. Y es que todo se torció con una grave infección por una bacteria llamada KPC (Klebsiella pneumoniae carbapenemasa), que primero afectó a sus pulmones y, rápidamente, se extendió por todo su cuerpo.
Desenlace
Ante la disminución de su capacidad respiratoria, cabe destacar, los médicos se vieron obligados a intubar a Trindade. Pero las cosas no mejoraban y no hallaban la causa de su estado: llegó a sufrir dos paros cardiacos de siete minutos de duración.
Por suerte, gracias al esfuerzo del personal sanitario y la fe que siempre tuvo su familia, se logró determinar que la bacteria KPC fue la culpable y Trindade sobrevivió. Eso sí, con una realidad totalmente distinta: sin una pierna y varios de sus dedos.