
Las estatinas, como bien todos sabemos, son un grupo de fármacos que se emplean fundamentalmente para reducir los niveles del colesterol que perjudica a nuestras arterias, el conocido como colesterol LDL. Pese a que existen varios tipos de estatinas, cada una cuenta con diferentes niveles de dosis y potencias.
Por lo general, ayudan a eliminar el colesterol malo o LDL que ya está en la sangre y aumentar el colesterol bueno o HDL. Eso sí, también pueden:
- Reducir las probabilidades de que se formen trombos o coágulos de sangre.
- Estabilizar la placa para que no se desprenda y bloquee el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro.
- Disminuir la hinchazón en las paredes de las arterias.
- Minimizar la acumulación de placa en las paredes de las arterias.
A tener en cuenta
La necesidad de tomar estatinas depende de todos los niveles de colesterol y otros factores de riesgo para enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos. De ahí que los expertos en salud tendrán que considerar los factores de riesgo para ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares antes de pautarnos una estatina.
Ante este panorama, muchos españoles y españolas se preguntan qué sucede si nos olvidamos puntualmente la dosis por alguna razón (vacaciones, estrés, ocio...). Y es que es algo que puede suceder, pero no conlleva nada malo. O al menos eso es lo que ha manifestado David Davidson, cardiólogo en el Endeavor Health NorthShore Hospital, en Parade.
A su juicio, no debemos duplicar la dosis al día siguiente para compensar la que se ha olvidado, algo que en más de una ocasión se ha hecho. El motivo no es otro más que podría provocar unos problemas hepáticos y el riesgo de rabdomiolisis.
Sí, una enfermedad producida por necrosis muscular que provoca, entre otras cosas, la liberación a la circulación sanguínea de diversas sustancias que dan lugar a dolores intensos e incluso la muerte. Como es previsible, ese olvido puntual no debe ser una constante porque el equilibrio que produce la estatina se rompería.