El ictus, como bien todos sabemos, es la interrupción de la circulación de sangre que llega al cerebro debido a que un vaso sanguíneo se ha roto o se ha quedado taponado. También se conoce, sobre todo en el lenguaje de las redes sociales, como accidente cerebrovascular (ACV).
Cuando esto sucede, la sangre no llega a una determinada zona del cerebro, de manera que las células nerviosas que están afectadas no reciben oxígeno y mueren. De ahí la relevancia de actuar con la máxima rapidez. Es más, cuanto menos tiempo pase desde que surgen los primeros síntomas hasta el tratamiento, mayor será la probabilidad de supervivencia.
Tipos
Según el mecanismo de la lesión, cabe destacar dos tipos de ictus:
- Ictos isquémico (o infarto cerebral). Originado por la obstrucción del flujo sanguíneo.
- Ictus hemorrágico (o hemorragia cerebral). La rotura de un vaso provoca la salida de sangre y la comprensión de estructuras del sistema nervioso central.
Síntomas
En cuanto a todos los signos que deben ponernos en alerta, los principales son "la pérdida de fuerza brusca, la alteración del lenguaje tanto en la expresión como en la comprensión o la pérdida de visión por un ojo en el que el paciente dice que no ve o que ve negro".
O al menos esa es la información que transmitió el neurólogo del Hospital Gregorio Marañón, Fernando Díaz Otero, en 'Cope'. Nadie mejor que él para hablar sobre esta condición médica grave, donde volvió a hacer hincapié en la importancia de acudir al médico lo antes posible.
Recomendaciones
Ante este panorama, la Sociedad Española de Neurología (SEN) recomienda una serie de hábitos saludables para evitar sufrir un ictus:
- Moderar el consumo de alcohol.
- No fumar.
- Llevar a cabo actividades físicas de forma habitual y moderada.
- Llevar una dieta rica y saludable.
- Llevar un control de la tensión arterial de modo regular.
