
El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa que afecta especialmente a los niños. La transmisión de esta enfermedad se realiza por gotículas procedentes de la nariz, boca y faringe de la persona infectada, lo que provoca la rápida propagación cuando la persona infectada respira, tose o estornuda.
¿Cómo comienza el sarampión?
Los síntomas iniciales suelen aparecer entre 8 y 12 días después de la infección y suele ser los siguientes:
- Fiebre alta
- Rinorrea
- Inyección conjuntival
- Pequeñas manchas blancas
- Días después aparece un exantema que empieza en la cara y cuello y se va extendiendo por todo el cuerpo.
Concretamente la enfermedad del sarampión se distingue en cuatro periodos. El primero que es el momento de incubación y el paciente es asintomático. Un segundo periodo en el que se muestran los síntomas mencionados anteriormente. La tercera fase corresponde al momento en el que empieza el exantema y se va extendiendo por todo el cuerpo. Y finalmente, la última etapa en la que se produce una mejoría y una descamación al ir desapareciendo el exantema.
En realidad, no hay tratamiento específico para tratar esta enfermedad y los pacientes suelen recuperarse en 2 o 3 semanas. Pero el sarampión puede causar complicaciones graves:
- Ceguera
- Encefalitis
- Diarrea intensa
- Infecciones del oído
- Neumonía
La Organización Mundial de la Salud afirma que el sarampión es una enfermedad prevenible mediante vacunación, hasta el punto de que la vacunación contra el sarampión evito 57 millones de muertes entre 2000 y 2022.
¿Cómo se identifica el sarampión?
El primer síntoma claro del sarampión son las manchas de Koplik. Estas son pequeñas manchas con centro blanco en mucosas de la cara interna de mejillas y labios. Esta es una señal clara de la etapa inicial de la enfermedad.
El exantema que se produce en el cuerpo también es una señal de que tenemos sarampión, aunque este puede confundir y producirse por otras causas. Por lo que no es la señal más fiable.
El análisis de sangre puede confirmar la enfermedad. Aunque también puede confirmarse a través de análisis de orina o introduciendo un hisopo en la garganta.

¿Cómo diferenciar el sarampión?
Una prueba de detección de anticuerpos es la manera más fiable de diferenciar el sarampión de otras enfermedades.
El sarampión con la enfermedad con la que más se confunde es con la varicela. Pero en este caso hay diferencias. El sarampión comienza con fiebre alta y síntomas propios de un catarro, mientras que la varicela, aunque produce malestar general, no suele ir acompañado por fiebre.
Además, los sarpullidos de varicela y sarampión son totalmente diferentes. Durante la varicela se producen ampollas y picor. Las erupciones cutáneas de la varicela van cambiando de aspecto a lo largo de los días. El sarampión provoca las manchas de Koplik que hemos comentado durante este artículo y manchas rojas en la piel. Estas manchas no producen picor como las de la varicela.
Otra enfermedad con la que suele confundirse es la rubéola. En esta ocasión, la fiebre si aparece no es tan alta como la del sarampión. Los síntomas suelen parecerse a los de la gripe y se produce un aumento de los ganglios linfáticos presentes detrás de las orejas, en la nuca y en la región occipital. En cuanto a las manchas, en este caso son rosadas, pueden producir picor y normalmente aparecen en la cara y se van extendiendo por el cuerpo con el paso de los días.