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Qué significa tener los linfocitos altos: síntomas, causas y cuándo deberías preocuparte

Representación de linfocitos luchando contra células cancerígenas. Firma: iStock

Ya sea para detectar alguna afección o patología o simplemente por hacer una revisión médica, se nos hace análisis de sangre. En estos pueden aparecer en el hemograma que tenemos los linfocitos altos. Al decírnoslo el médico tras mostrarnos los resultados, uno se puede preocupar pero hay que entender saber bien a qué se debe.

Para conocer mejor todo esto, primero hay que explicar que los linfocitos son un tipo de glóbulo blanco que interviene para combatir contra enfermedades y puede darse que los niveles estén altos después de una infección. Estos linfocitos se producen en la médula ósea y se transportan por la sangre por el cuerpo. Se diferencian dos tipos, los B, que se encargan de fabricar anticuerpos y los T, que eliminan las células que no sirven en el organismo.

Síntomas de tener los linfocitos altos

Se tiene linfocitosis cuando los valores están por encima de los 3.000 linfocitos en un microlitro de sangre. Para saber si tenemos los linfocitos altos lo más fácil es hacerse unas pruebas médicas porque no siempre presenta síntomas. Pero las personas que padecen sus síntomas se sienten cada vez más fatigados, mareos, fiebres, pérdida de peso, sudoración, dificultad para concentrarse, moratones o sangrado.

Aunque tener los linfocitos altos no es una enfermedad en sí, sucede por la condición provocada por una, por ello los síntomas son diferentes dependiendo de la afección que la provoca. Se pueden tener los linfocitos altos por culpa de una infección ya sea vírica o bacteriana. Al luchar nuestro organismo contra ello, aumenta su número pero cuando la infección ya no está, irá recuperando sus valores.

También se pueden tener altos niveles por una enfermedad inmunológica como la enfermedad de Crohn que provocan inflamación de los intestinos. Y otra opción, es que podría ser un síntoma de cáncer de la sangre o del sistema linfático.

Uno debe preocuparse cuando vea que el nivel alto de los linfocitos no baja. Si es por una afección, estos subirán pero cuando nos recuperemos irán bajando. En el caso de que se mantengan bastante tiempo en niveles altos, se deberá ir a un hematólogo que descubra el motivo de este elevado nivel y que se trate la enfermedad que ha provocado este incremento. Se puede combatir con antibióticos, antivirales o antiinflamatorios. Y si es un cáncer, ya sería con quimioterapia, radioterapia o un trasplante de médula.

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