Madrid
La preservación del medio ambiente dará una nueva vuelta de tuerca a partir del 1 de enero de 2025. La Ley de Envases obligará a las farmacéuticas a sufragar el coste de la recogida de residuos en cualquier centro productor de envases de medicamentos. Hasta la fecha, las compañías debían pagar por los restos de medicamentos que se acumulaban en las 22.080 farmacias española. A partir del año que viene también serán responsables de lo que se acumulen tanto en cualquier centro médico (ambulatorios, hospitales, clínicas...) como en plantas de distribución o empresas farmacéuticas. En total, al menos 150.000 puntos, es decir, el volumen se multiplicará por siete.
A contrarreloj las compañías están acelerando la firma de nuevos contratos con Sigre, una entidad sin ánimo de lucro conformada por ejecutivos ligados al sector farmacéutico. Con las nuevas tareas, el número de laboratorios que participarán en el proceso ascenderá a más de 328 empresas. Este medio se ha puesto en contacto con varias compañías y han señalado que el impacto presupuestario no se conocerá hasta el primer cuatrimestre del año que viene.
Hasta el momento, Sigre ha sido la encargada de la recogida de los residuos en las boticas, conocidos en el argot sectorial como 'domésticos'. En 2023 acumularon 4.980 toneladas, según explica el organismo. Ahora, la entidad prepara un plan de acción para hacer frente a la nueva normativa.
El año pasado se produjeron entre 40.000 y 42.000 toneladas de residuos 'comerciales' e 'industriales', es decir, los que se produjeron en hospitales, ambulatorios, clínicas, entre otros. Principalmente, "lo que cambia con la ley es quien tiene que pagar la factura", afirma el director general de la entidad, Miguel Vega.
Se recogen varios escenarios para cumplir con la ley. Por un lado, mantener los modelos actuales de gestión de residuos que poseen los centros médicos, siempre que sean eficientes, y solo cambiaría la casilla de quién se hace cargo de la factura, que serán a partir de 2025 las farmacéuticas. "Estamos negociando, pero nuestra idea es mantener el proceso actual en los casos en los que sea eficiente. Ahora tenemos que ir viendo las ineficiencias que existen", explica Vega a este periódico. Otras opciones que se barajan son la creación de un sistema propio de recogida, o bien llegar a un acuerdo con otros gestores en el que Sigre se encargaría del coste del proceso y ellos de la gestión física.
El director general de la entidad apunta que lo más probable es que no haya un único modelo, sino que en función de las características del centro sanitario haya uno u otro. "No es lo mismo un hospital que una clínica dental", afirma. Asimismo, el proceso de recogida de residuos y restos de medicamentos en farmacias seguirá siendo el mismo. Las compañías de distribución farmacéutica irán a las boticas a recogerlos y los trasladarán a los 143 almacenes de distribución. Es allí donde entra el otro agente de la cadena: PreZero. Esta empresa de residuos se encarga de recoger los restos de las instalaciones mencionadas y llevarlos a la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos de Valladolid, propiedad de Sigre. Sin embargo, esta planta no será el destino de los residuos 'comerciales' e 'industriales', donde aún se está estudiando la mejor manera de llevarlos a otro punto de reciclaje.
Dos presupuestos
Sigre tiene contemplados presupuestos distintos: uno para los residuos domésticos y otro para los comerciales e industriales. Cabe subrayar que la entidad mete estos dos últimos en un mismo saco, pero es probable que otras corporaciones posean tres cuotas diferentes en total. Respecto a los residuos que los ciudadanos llevan a las farmacias, los laboratorios pagarán 0,0064 euros por envase; mientras que para los que se produzcan en el restos de lugares, la cuota a pagar irá por material.
Todavía no hay un precio estipulado para el último grupo mencionado. La razón es que "no se sabe cuál o cuáles van a ser los modelos de gestión definitivos", dice Vega. No obstante, tras ser reclamado por la industria farmacéutica, Sigre les ha dado una estimación: entre un 40% y 80% del presupuesto que pagan por la recogida de envases en las boticas.
