
Bajo el lema Mi salud, mi derecho, la OMS celebró el pasado 7 de abril el Día Mundial de la Salud. Con este mensaje, la organización quiere alertar sobre cómo el derecho a la salud de millones de personas en todo el mundo se ve amenazado por acontecimientos como los conflictos armados o fenómenos como el cambio climático. La propia Organización Mundial de la Salud nació tras un terrible conflicto como fue la II Guerra Mundial, cuando la salud pública internacional ganó mucha más relevancia.
A este respecto, desde el organismo recuerdan que el derecho a la salud se vertebra en cuatro elementos que, además, están interrelacionados. En primer lugar, la disponibilidad, es decir, que la oferta en cuanto a establecimientos, bienes y servicios sea suficiente.
En segundo lugar, la accesibilidad entendida en cuatro dimensiones: no discriminación, accesibilidad física, accesibilidad económica (asequibilidad) y accesibilidad de la información. Este último punto es especialmente importante para las personas con discapacidad o que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
En tercer lugar, se sitúa la aceptabilidad. Este punto hace referencia a que los servicios de salud se centren en la persona y puedan dar una respuesta apropiada desde un punto de vista cultural, así como de género. Por último, pero no menos importante, la OMS destaca la calidad, un componente clave de la cobertura sanitaria universal. Para poder considerar que la asistencia sanitaria es de calidad, el servicio debe ser seguro, eficaz, centrado en la persona, equitativo, ágil, integrado y eficiente.
"En todo el mundo, los principales retos que comprometen sistemáticamente el derecho a la salud son la inacción política unida a la falta de rendición de cuentas y de financiación, lo que se ve agravado por la intolerancia, la discriminación y la estigmatización. Las poblaciones marginadas o vulnerables son las que más sufren, como las personas que viven en la pobreza, que están desplazadas, que son mayores o que viven con discapacidad", apuntan desde la OMS.
De hecho, con datos de 2021, nada más y nada menos que 4.500 millones de personas (más de la mitad de la población mundial) no estaban cubiertas por servicios de salud esenciales. Además, dentro de la población que sí tiene acceso a la atención sanitaria, 2.000 millones sufren estrés económico debido al elevado coste de los servicios.
La reciente pandemia de la Covid-19 ha evidenciado la importancia de que la salud global esté en las agendas de los países. No en vano, a raíz de este fenómeno, la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (Salud y Bienestar) se ha visto seriamente afectada. Por ejemplo, la vacunación infantil ha experimentado el mayor descenso en tres décadas. Conseguir que una sanidad de calidad esté al alcance de todos requiere de inversiones sostenidas en el tiempo y de la colaboración de todos los actores implicados.
Grandes logros
La apuesta decidida por la salud tiene importantes recompensas. Así lo demuestra 2023, año en el que se han conseguido importantes hitos.
- Paludismo: En marzo del año pasado la OMS certificó que Azerbaiyán y Tayikistán se habían convertido en países libres de paludismo (malaria). Posteriormente le llegó el turno a Belice, en junio.
- Hepatitis C: Egipto se ha convertido en el primer país del mundo en cumplir todos los objetivos establecidos por la OMS en su camino hacia la eliminación de la hepatitis C, un hito importante para lograr la eliminación total de la enfermedad antes de 2030. "Esto supone un sorprendente giro de 180 grados para un país que, hace menos de diez años, presentaba una de las tasas de hepatitis C más elevadas del mundo", sostienen desde la OMS.
- ETD: Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo de afecciones diversas cuyas consecuencias sanitarias, sociales y económicas son devastadoras. Se denominan desatendidas porque apenas aparecen en los programas de salud mundial. Algunas de ellas son la rabia, la sarna, la lepra o la enfermedad del sueño. Pues bien, el año pasado 50 países eliminaron al menos una ETD. El objetivo de la OMS es que 100 países hayan alcanzado este hito para 2030. Bangladesh hizo historia al convertirse en el primer país en eliminar dos ETD en un mismo año.
- Tracoma: Benin y Malí eliminaron el tracoma, la principal enfermedad infecciosa a nivel mundial causante de la ceguera. Fueron el quinto y el sexto país de África en alcanzar este importante hito, y a ellos se sumó Iraq poco tiempo después.
- Elefantiasis: La filariasis linfática, comúnmente conocida como elefantiasis, es una enfermedad parasitaria debilitante transmitida por mosquitos. El año pasado se logró erradicar en Bangladesh y la República Democrática Popular Lao.
Todos estos acontecimientos ratifican la importancia de aumentar la inversión en los sistemas sanitarios para apoyar a los países en su recuperación y crear resiliencia frente a futuras amenazas sanitarias. "Para ampliar la cobertura, se necesitan entre 200.000 millones y 328.000 millones de dólares más al año en todo el mundo para ampliar la atención primaria en los países de ingresos bajos y medianos. Se ha demostrado que es posible avanzar cuando existe voluntad política", remarcan desde la OMS.
En este contexto, el ODS 3.8 aspira a lograr la cobertura sanitaria universal para 2030. Alcanzarla sería clave, por ejemplo, para evitar que surjan virus o bacterias que terminen extendiéndose por el mundo.
El Consejo de la OMS sobre Economía de la Salud para Todos ha descubierto que al menos 140 países reconocen la salud como un derecho humano en su constitución. Sin embargo, los países no están aprobando ni poniendo en práctica leyes que garanticen que sus poblaciones tengan derecho a acceder a estos servicios. En España este derecho está recogido en el artículo 43 de la Constitución.
Para poder alcanzar la cobertura sanitaria universal para 2030, la OMS recomienda basar los sistemas de salud en la atención primaria. No en vano, alrededor del 75% de los avances previstos en materia de salud gracias a los ODS también podría lograrse mediante la atención primaria, entre ellos, salvar la vida a más de 60 millones de personas y aumentar la esperanza de vida media en todo el mundo en 3,7 años de cara a los próximos seis años.