
Los ahogamientos son un importante problema de salud pública. Cada año fallecen más de 400 personas en España a causa de este accidente. Aunque las personas tratadas por los servicios de urgencia pueden multiplicarse de tres a cinco, por lo que la carga del ahogamiento se estima entre 1.200 y 2.000 casos anuales, según datos de un informe del Grupo de Socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).
Los ahogamientos en zonas de agua son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencionado en el mundo y representa el 75 de todas los fallecimientos relacionados con traumatismos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mueren a nivel mundial 236.000 personas por este tipo de accidentes.
Las tasas de ahogamiento más altas se dan en los grupos poblacionales de mayor edad a partir de los 74 años, según el Ministerio de Sanidad. En este caso, suele producirse con más frecuencia en el mar que en piscina, al contrario que la población infantil. Otro grupo de riesgo son los los jóvenes entre 20 y 24 años.
En cuanto a género, los varones tienen un índice global de mortalidad que duplica al de las mujeres. Según la OMS, se debe a una mayor exposición al agua y a prácticas más arriesgadas por parte de los hombres, por ejemplo los baños solitarios, a veces tras consumir alcohol, o la navegación. De hecho, la sustancia mencionada es uno de los principales factores de riesgo junto a padecer algunas enfermedades como la epilepsia y no conocer los riesgos de las aguas en las se produce el baño.
Los incidentes acuáticos se pueden prevenir con las conductas adecuadas en playas, piscinas y otros lugares frecuentes de baño. Según el Ministerio de Sanidad, la mejor prevención en caso de los menores es "la vigilancia, enseñarles a nadar y educarles para que respeten las normas de seguridad". "Los ahogamientos se producen de forma rápida y silenciosa, la mayoría de las veces se había perdido de vista a la víctima durante menos de cinco minutos", explica.
Además, Sanidad indica que hay que asegurarse de el espacio al que acudan a bañarse no sea de fácil acceso para los niños pequeños. También indica que es peligrosos correr por el borde de la piscina o jugar a empujar a la gente. "Podría resbalar y golpearse con el borde o lesionar a otros", afirma.
De igual importancia, se debe utilizar un chaleco salvavidas si la persona no sabe nadar y no flotadores hinchables. En la playa tiene que respetarse las banderas. "Nunca se bañe si está roja, y con amarilla es peligroso: báñese solo hasta la cintura y con precaución. Además, báñese en playas con vigilancia y respete siempre las indicaciones de los socorristas", explica el Ministerio de Sanidad. Tampoco se debe chapucear en zonas prohibidas.
Por otro lado, recuerda que el consumo de alcohol disminuye la capacidad de reacción ante un peligro o puede propiciar el adoptar conductas de riesgo. Además, indica que bañarse por la noche es peligroso y tirarse de cabeza desde una gran altura puede producir lesiones muy graves. También recomienda salir del agua a la persona si está cansada o siente frío.