
La ingesta de atún en mal estado ha sido la causa más probable por la que unas 66 personas han sido afectadas por una intoxicación alimentaria en Almería. Afortunadamente, todos los casos han evolucionado "de manera favorable" y los casos más graves ya han sido dados de alta, según los datos del Área Sanitaria Norte de la provincia y de la Delegación Territorial de Salud en Almería.
Según los datos recabados por la investigación que aún mantiene abierta Salud Pública, las intoxicaciones se localizan en dos puntos: en las instalacines que el Grupo Consentino posee en Cantoria (Almería), donde sirvió un cátering, y en un restaurante cercano, en la comarca de Almanzora.
En estos puntos, y según la información preliminar trasladada por el servicio de Epidemiología, este martes se sirvió atún con histamina, una sustancia relacionada con reacciones alérgicas.
Medios locales señalan que el origen del problema vino de Madrid, desde donde se trasladó el pescado hasta el sur. No obstante, será complicado averiguar si el pescado se estropeó en Almería o si ya llegó en mal estado.
Según explican desde el área de Salud de la Comunidad de Madrid, "la conservación inadecuada y la falta de higiene en ciertos pescados como el atún, la caballa o las sardinas favorecen el crecimiento de bacterias, que convierten el aminoácido histidina, que contienen de forma natural, en histamina".
En cualquier caso, 51 personas acudieron a los centros de salud y a los consultorios de la comarca tras detectar los primeros síntomas. 14 fueron atendidos en el Hospital de la Inmaculada, en el municipio de Huércal-Overa, y uno de ellos en el Hospital Universitario de Torrecárdenas en la capital.
Cómo detectar la intoxicación
Con el fin de prevenir futuros casos similares por histamina, las autoridades sanitarias recomiendan emplear bolsas isotérmicas al comprar pescado azul (como el atún, el bonito, la caballa, el arenque o las sardinas); al llegar al domicilio, se debe refrigerar o congelar inmediatamente o, en su defecto, cocinarlo cuanto antes. Y en cualquier caso, manipular los alimentos con higiene. Destacan, además, que una vez formada la histamina, el tratamiento térmico o el cocinado no la destruye.
Los síntomas más habituales de esta intoxicación son: picores en la lengua, enrojecimiento de cara y cuello, urticaria (especialmente en las palmas de las manos, en la cara, cabeza y orejas) y dolor de cabeza. En ocasiones, también puede provocar dolor abdominal, náuseas o diarrea.
Si se detectan en un intervalo comprendido entre unos minutos y tres horas tras su ingesta, se debe acudir al médico.