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Diez mitos que te han contado desde siempre sobre el resfriado y no son verdad

  • Los casos de resfriados aumentan en las estaciones más frías del año, aunque tienen presencia todo el año

A lo largo de los años, la sociedad se ha llenado de leyendas urbanas. Desde la congelación de Walt Disney pasando por el origen de la cesárea hasta las relacionadas con el resfriado. Durante la estación del invierno, el número de casos de constipados aumentan entre las sillas de la sala de espera del centro de salud y con ellos los mitos relacionados en la forma de curarlo. A continuación, elEconomista.es desmiente diez de ellos.

El más común de ellos es que el resfriado y la gripe es lo mismo. Sus síntomas son similares, pero no son la misma enfermedad. Además, es necesario saber diferenciar ambas patologías. En los constipados es frecuente los estornudos, la congestión nasal y el dolor de garganta, entre otros; mientras que las alertas de que una persona tiene gripe son el dolor de cabeza, incomodidad en el pecho, fiebre, dolores y fatiga, entre otros.

A pesar de que el mito popular indique que las personas se resfrían al exponerse a bajas temperaturas, es decir, al frío; los expertos indican que no es así. El hecho de llevar el pelo mojado o andar descalzo por la casa no origina un constipado, sino que son los responsables son los virus como el rinovirus, el respiratorio sincital, el de la parainfluenza o el metaneurovirus, entre muchos otros.

Seguramente haya escuchado la siguiente frase: "Me estoy resfriando porque tengo las defensas bajas". Si se tiene en cuenta que es durante las épocas más frías del año, es decir, otoño e invierno, cuando más casos de constipado se presenta (aunque este pueda aparecer durante todas las estaciones del año), hay parte de verdad en la afirmación, según los sanitarios. Cuando hace frío, las personas tienden a estar mayormente en sitios cerrados, que no se airean y dónde se acumulan más virus. Estas condiciones unidas a las personas inmunodeprimidos o con las defensas bajas les convierte en grupos vulnerables.

Otra de las leyendas urbanas que existen es que a la hora de padecer un resfriado es necesario sí o sí la toma de antibióticos. Los profesionales sanitarios recalcan que no funciona el tratarlo con medicamentos. De hecho, este hecho contribuye a aumentar la denominada resistencia antimicrobiana la cual se produce cuando las bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a los medicamentos porque se vuelven resistentes a estos. El resfriado desaparece solo después de que pasen entre siete y diez días. En ese periodo de tiempo aparecen síntomas, pero con antihistamínicos o antigripales es suficiente para tratarlo.

Tampoco existe una vacuna contra el resfriado. La única forma que existe de intentar esquivarlo es no tener contacto con personas infectadas debido a que los virus se transmiten por el aire, contacto cercano o secreciones respiratorias; lavarse las manos con agua y jabón y, sobre todo, evitar tocarse los ojos, boca o nariz después de estornudar o sonarse.

La sociedad piensa que la vitamina C ayuda a prevenir las enfermedades, entre ellas el resfriado, pero no existe ninguna investigación que confirme que permite prevenir o mejorar los síntomas. A pesar de ello, si es verdad que tener niveles adecuados de las diversas vitaminas contribuye a que el sistema inmunológico sea mejor.

Por otro lado, a la hora de pasar un resfriado se piensa que hay que beber muchos líquidos. Es cierto que se debe mantener en todo momento una ingesta adecuada de líquidos, pero este tradicional consejo cuando se padece tanto un constipado como una gripe no está avalado científicamente. Además, es necesario tener en cuenta que el agua del organismo no proviene únicamente de lo que se bebe sino también de la contenida en los alimentos que se ingieren.

Probablemente alguno de sus familiares hay mencionado alguna vez que ante un resfriado, lo mejor es sudar. Los expertos no recomiendan abrigarse en exceso ni bañarse con agua muy caliente. Además, aconsejan tomarse un baño de agua tibia para ayudar a refrescar el cuerpo bajar la temperatura corporal causada por la fiebre, si existe. 

La sudoración es el mecanismo que usa el cuerpo humano para combatir el aumento de la temperatura corporal . Al abrigarse en exceso la sudoración se enfría sobre la piel y puede provocar escalofríos o subir más la temperatura.

Un gran número de personas cuentan en sus residencias con un humificador y uno de los usos que le dan es para el resfriado porque sirve de alivio. Los vahos se utilizan tradicionalmente para fluidificar la mucosidad y despejar la nariz. No obstante, no hay estudios científicos que demuestren de forma amplia y rigurosa que demuestren que son eficaces más allá de impresiones subjetivas. De hecho, estos no se deben utilizar nunca mezclados con eucalipto o mentol en niños ya que se consideran no seguros.

Ante un resfriado muchas personas siguen con su ritmo de vida, es decir, van al trabajo, hacen deporte,… y no hacen reposo. Hacer deporte durante el resfriado es perjudicial ya que requiere un esfuerzo adicional del cuerpo y puede retrasar el proceso curativo. No obstante, el ejercicio moderado habitual ayuda a prevenir el coger un constipado, pero cuando se está enfermo lo mejor es descansar y recuperarse.

El mito más antiguo seguramente sea que la miel es buena para la garganta y la tos. Tradicionalmente se emplea para el dolor de garganta mezclada con leche o limón para la tos. Lo cierto es que produce un alivio subjetivo, y según un estudio reciente, su uso es tan eficaz como el de un antitusivo, es decir, un medicamentos contra la tos. Además, es más económica y no presenta efectos secundarios.

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