Salud Bienestar

Así es el ictus, la enfermedad que ha llevado a Kiko Rivera al hospital

  • Cada seis minutos se produce un ictus en España

Kiko Rivera es el último personaje público que ingresa tras sufrir un ictus. Esta patología se produce cuando interrumpe de forma súbita el flujo sanguíneo en el cerebro como consecuencia de un taponamiento o por la rotura de una arteria cerebral. La enfermedad que ha llevado al hijo de Isabel Pantoja al hospital es la primera causa de muerte entre las mujeres españolas y la segunda entre los varones, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Cada año mueren 40.000 españoles por un problema que se produce cada seis minutos, como así refleja la Federación Española del Ictus.

Esta enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años, pero su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad. De esta forma, se estima que más del 21% de la población española mayor de 60 años (casi dos millones), presenta un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos 10 años, según los datos del estudio Previctus. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que casi la mitad de la población mayor de 65 años (representará el 46% en el año 2050) podría sufrir un accidente cerebrovascular.

Los síntomas que vaticinan la llegada del ictus se producen de forma busca y repentina. Los más comunes tienen que ver con una alteración brusca en el lenguaje o con una pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo que suele afectar a una mitad del cuerpo. La alteración de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual también es otro de los síntomas frecuentes. Por último, la pérdida de coordinación o equilibrio o dolores de cabeza muy intensos son otras señales que alertan de que se va a producir el ictus.

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo que contribuyen a que se produzca la patología se encuentran los establecidos (hipertensión, colesterol alto o diabetes) y los potenciales (obesidad, inactividad física, nutrición deficiente o el tabaco). Existe una relación directa entre la hipertensión arterial y el riesgo de sufrir un ictus. De hecho, se estima que el 67% de los pacientes que ha sufrido un ictus tiene elevadas las cifras de presión arterial. La hipertensión es una enfermedad poligénica con un grado de prevalencia muy alto en el mundo.

El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca e incrementan el riesgo de padecer un ictus de dos a cuatro veces y el de enfermedad carotídea en cinco veces. Los niveles altos de colesterol (hipercolesterolemia) pueden contribuir al desarrollo de hasta el 60% de los infartos y el 40% de los ictus. "Menos de un tercio de pacientes que han sufrido un ictus isquémico tienen los factores de riesgo controlados. La mayoría de pacientes están recibiendo tratamiento, pero el objetivo sólo se alcanza en uno de cada cuatro. Urge por tanto mejorar la correcta cumplimentación de las medidas de prevención secundaria del ictus", recoge el estudio IMPACTO1.

En la actualidad existen tratamientos preventivos eficaces. En concreto, las estatinas reducen las cifras de colesterol y entre sus efectos beneficiosos destaca el aumento de la circulación cerebral y la capacidad neuroprotectora, según recoge la Federación Española del Ictus. Por tanto, la detección precoz y el tratamiento temprano son puntos fundamentales para reducir las cifras de fallecimientos por esta causa cada año.

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