Salud Bienestar

El Perte de salud buscará reducir la brecha entre academia e industria

  • España tiene carencias en la comercialización de nuevos productos

El Perte (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) dedicado a salud, cuya dotación es de 1.469 millones (982 millones llegarán del sector público y 487 de la iniciativa privada) buscará reducir la brecha existente entre el tejido académico y el industrial.

España es una de las principales potencias en producción científica y ocupa un puesto muy superior al ranking que le corresponde por el tamaño de su industria. Esta buena posición es fruto de una apuesta muy decidida de inversiones públicas que se han ido desarrollando a lo largo de cuatro décadas. El problema es que el país no ha sido capaz de utilizar las herramientas adecuadas para que las innovaciones planteadas las utilizara el tejido empresarial nacional. Nuestro país navega en un mercado con muchas Pymes y pocas multinacionales, por lo que la adaptación del mercado a las condiciones propias de España será crucial para atajar las dificultadas.

La transferencia de tecnología desde el conocimiento hacia la industria no está bien definida. "Tenemos la obligación de hacer un ejercicio de profesionalización de la transferencia. Bajo nuestro punto de vista, no tenemos suficiente profesionalizado el ámbito de transferencia de tecnología desde el conocimiento científico hacia el terreno industrial. Con esto corremos el riesgo de convertirnos en el laboratorio de las multinacionales, que iría en detrimento del ingreso público de determinados países que tienen que sostener su ciencia", afirma Javier Ponce, director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).

Para solventar las deficiencias del pasado, el CDTI propone la colaboración con otros ámbitos de la administración para ser capaces de cofinanciar al centro de investigación y a la empresa a través del Perte para la salud de vanguardia. El país tiene la obligación de ofrecer un instrumento que sea capaz de financiar al centro de investigación y a la empresa española, pero tendrán que aligerar porque el periodo de desarrollo del proyecto finaliza el próximo año.

Javier Ponce señala que "la tecnología rinde económicamente cuando se extiende en el mercado" y por ello, desde la institución se comprometen a seguir ofreciendo los instrumentos tradicionales en forma de ayudas parcialmente reembolsables para facilitar la accesibilidad al entorno empresarial. "En los últimos cinco años, con esos instrumentos hemos aportado 323 millones al ámbito de la salud. En el año 2021, gracias al plan de recuperación hemos subido casi 30 millones, llegando casi a los 100", confirma.

La voz de la industria

La industria farmacéutica achaca la falta de apoyo del Perte en la cadena de valor de la ciencia al paciente. Este proyecto tiene el objetivo de invertir desde tres piezas importantes: protección de la salud, invertir en investigación y el apoyo a la industria.

"El perte apoya muy bien los dos primeros ejes, pero como industria no vemos el tercer eje. Tenemos planes de desarrollo de las capacidades industriales, pero necesitamos unos instrumentos que nos lo canalicen para aprovechar la capacidad industrial", indica Isabel Amat, directora de innovación y Pipeline de Reig Jofre.

El proyecto en su conjunto es una herramienta de coordinación, a la vez que multidisciplinar. Existe un plan complementario de biotecnología, donde se plantean seis líneas de actuación para cubrir un amplio abanico de áreas. Este proyecto juega un papel importante en la cohesión del sistema I+D+i y ya hay cinco comunidades autónomas que han participado en él: Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Galicia y País Vasco.

La difusión de tecnología y las sinergias entre los distintos grupos participantes es muy importante para todas las comunidades. "Esta cooperación da lugar a sinergias que se traducen en el desarrollo de proyectos colaborativos que hacen que se establezcan lazos que permiten incrementar el nivel de publicaciones y la capacidad de generar fondos a nivel autonómico, nacional y europeo. Por tanto, este proyecto es una excelente oportunidad para la cohesión del sistema I+D+i y podría convertirse en el embrión de una plataforma nacional de medicina personalizada.", dice Valentín Ceña, catedrático de Farmacología en la Universidad de Castilla-La Mancha.

Estas cuestiones se han abordado durante la celebración de la XV Conferencia Anual de las Plataformas Tecnológicas de Investigación Biomédica, donde se ha llegado a la conclusión de que la colaboración público-privada será clave para consolidar el ecosistema empresarial. A su vez, uno de los grandes retos del sistema pasa por la transformación de innovación en industria y para conseguirlo será necesario un trabajo conjunto entre empresas privadas y públicas durante todo el proceso para generar espacios de operación compartidos.

"La llegada del Perte de salud ha supuesto un gran impulso para la economía del dato. Si queremos materializar todas las propuestas tenemos que trabajar de forma coordinada hacia un modelo inspirado en la transparencia", concluye Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN).

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