La experta en medicina familiar Amara Aladel (US): "Caminar treinta minutos al día reduce el riesgo de sufrir ictus, infartos..."

Muchas veces nos obsesionamos con hacer un deporte para sentirnos mejor tanto a nivel físico como a nivel mental. Unos eligen el fútbol, otros el baloncesto, hay quienes experimentan el boxeo y los que se decantan por algo más tranquilo. Pero, casi siempre, se nos olvida andar.

En profundidad

Y es una forma de deporte, en concreto una actividad física aeróbica de baja a media intensidad, que puede llevarse a cabo a cualquier edad, salvo excepciones aisladas. No requiere habilidades especiales, ni un condicionamiento adecuado o algún equipos especial.

Tan solo se necesita un par de zapatos o zapatillas, ropa cómoda y algo de constancia. Al ser una actividad innata, no suele lesionar como sí sucede con otros deportes, no interfiere negativamente en patologías de espalda ya instauradas y ayuda a quemar calorías.

Más detalles

Más allá de lo superficial, caminar reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, mejora la salud cardiovascular, fortalece los huesos y músculos, mejora el estado de ánimo, controla los niveles de azúcar en sangre, reduce bastante el estrés y ayuda a mantener un peso saludable.

"Caminar 30 minutos al día puede salvarte la vida. Y no es una exageración. Muchos casos casos de infartos, ictus y, sobre todo, enfermedades del corazón, se pueden reducir con andar. De hecho, reduce el riesgo de enfermedad coronaria hasta en un 19%", ha manifestado Amara Aladel, experta en medicina familiar.

A tener en cuenta

Al hilo de su argumentación, ha añadido un contundente mensaje en TikTok: "30 minutos de actividad física moderada como caminar cinco veces a la semana pueden mejorar tu corazón, tu tensión, tu peso y tu salud mental. No necesitas gimnasio, solo tus piernas".

Ahora bien, no vale hacerlo de cualquier manera. La velocidad es importante, y lo más recomendable es ir aumentando el ritmo y el tiempo para obtener mejores resultados. También es determinante, sobre todo en verano, la hora del día a la que salimos a pasear.