
La pérdida de masa muscular, como bien todos sabemos, es un proceso natural que comienza a partir de los 30 años y se acelera considerablemente con el paso del tiempo. Por lo general, se cree que se pierde entre un 3 y un 8% de toda la masa muscular por década a partir de los 30, y a un ritmo a mayor a partir de los 60.
Origen
Al parecer, la sarcopenia presenta un origen complejo y multifactorial. Y es que existe una pérdida muscular relacionada con el envejecimiento, pero hay otras causas (patologías endocrinas) que pueden contribuir a su desarrollo, como la resistencia a la insulina, enfermedades crónicas o cáncer.
Ahora bien, hay una serie de factores asociados que se pueden ir modificando con la edad. La inactividad física, por ejemplo, es uno de ellos, bien por un estilo de vida sedentario o bien por una inactividad física más forzada debido a una enfermedad, discapacidad o incluso a una hospitalización.
Más detalles
Precisamente de todo ello ha investigado la Universidad de Harvard. Y han concluido que nada es imposible si se sigue un plan de entrenamiento constante y adecuado. A su juicio, trabajar el abdomen aporta cierta estabilidad a nuestro cuerpo, lo cual resulta muy beneficioso a partir de los 50 años.
Para ello, los especialistas han recomendado a través de sus investigaciones dos tipos de ejercicios específicos que pueden ayudar a fortalecer esta zona de manera efectiva y segura. Ambos, claro está, se han viralizado en las redes sociales, sobre todo en 'X' (anteriormente conocido como Twitter).
A tener en cuenta
El primero de ellos es el puente de glúteos. Para llevarlo a cabo, hay que tumbarse boca arriba con las piernas flexionadas y los brazos estirados en el suelo, en paralelo al cuerpo, como si fuéramos a hacer los abdominales tradicionales. Desde esta posición, elevamos la cadera hasta formar una línea recta entre las rodillas y los hombros.
Eso sí, manteniendo la contracción en los glúteos y el abdomen. El segundo de ellos son las planchas, uno de los complejos para fortalecer el abdomen y la espalda. Tan solo hay que colocarse en posición de flexión de brazos, apoyando antebrazos en el suelo y manteniendo el cuerpo recto, formando una línea desde la cabeza hasta los talones.