
El deporte de gran intensidad es una de las aficiones habituales de muchas personas, sin embargo, este también puede conllevar graves problemas para la salud, tal y como explica la especialista en Medicina Interna, Daniela Silva a Europa Press.
"Si nuestro objetivo es llevar una vida más saludable y mejorar nuestros hábitos, debemos buscar una combinación equilibrada de entrenamiento cardiovascular y de fuerza, descanso y recuperación", afirma la experta. En este sentido, resulta especialmente relevante tener en cuenta los propios límites individuales y asumir que no todos los deportes son idóneos para todo el mundo.
El ejercicio moderado, ideal para combatir enfermedades
Si bien, el ejercicio moderado combinado con una buena alimentación y estilo de vida, puede mejorar la circulación y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sin un descanso adecuado puede tener efectos negativos. Entre las consecuencias de este destaca la posibilidad de fibrosis miocárdica, arritmias y un incremento del riesgo de desarrollar cardiopatías, llegando incluso a microinfartos asintomáticos.
De igual manera, también algunos estudios han encontrado una mayor prevalencia de ateroesclerosis coronaria en corredores de resistencia extrema. Por otra parte, aunque el entrenamiento aeróbico regular mejora la capacidad pulmonar, su práctica prolongada en el tiempo y en condiciones extremas puede aumentar el riesgo de inflamación bronquial y lesiones pulmonares.
Cuando este deporte se realiza en zonas muy frías o con alto índice de contaminación, puede producirse una irritación de las vías respiratorias, contribuyendo a patologías como el asma o infecciones respiratorias recurrentes.
La importancia de la hidratación en el deporte
También el sistema renal puede verse perjudicado, por ejemplo, en carreras de resistencia extrema se puede dar una deshidratación severa por el esfuerzo físico prolongado, así como rabdomiólisis, donde las fibras musculares se descomponen y liberan proteínas dañinas al torrente sanguíneo. Estos procesos pueden sobrecargar los riñones, aumentando el riesgo de insuficiencia renal aguda.
El daño en las articulaciones puede darse en aquellos casos en los que se haga running, aumentando el riesgo de fracturas por estrés. Los expertos recomiendan en cualquier caso una correcta hidratación antes, durante y después del ejercicio.
Antes de la realización de cualquier deporte, se recomienda consultar a un profesional, pues la falta de una técnica adecuada también puede dar lugar a lesiones. Otra de las recomendaciones es la alternancia de sesiones de carrera con otros deportes menos lesivos, como la natación o el ciclismo, que tiene un menor impacto en las articulaciones.
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