El final del verano suele dejar huella: piel apagada, deshidratada y con exceso de células muertas, además de un cabello áspero y sin brillo tras semanas de sol, cloro y sal. Pero la buena noticia es que existen rutinas inteligentes para devolver vitalidad al rostro y a la melena sin necesidad de recurrir a tratamientos agresivos. Dos especialistas en belleza, Lourdes Moreno, fundadora de LaLuz y experta en dermocosmética y suplementación, e Inma Novillo, experta en belleza y responsable de marketing de You Are The Princess, comparten las claves para retomar septiembre con buena cara.
El cuidado de la piel
Para Lourdes Moreno, el auténtico reset comienza con la combinación de activos potentes, pero usados con conocimiento. "Para mí, el verdadero reset para volver de vacaciones es combinar los ácidos más potentes como un profesional porque no hay activo perfecto. Hay combinaciones inteligentes. Mi preferida es combinar ácido hialurónico, vitamina C, retinol y ácido glicólico. De esta forma, potenciamos la piel sin irritarla, eligiendo sinergias correctas".
Su recomendación es clara: el ácido hialurónico puede aplicarse en cualquier rutina, ya que "aporta calma e hidratación sin provocar irritación ni interacción negativa". Lo ideal, según la experta, es usarlo por la mañana antes de la vitamina C y por la noche antes del glicólico o el retinol. "La vitamina C es un activo de día al 100%, además de que genera irritación si la mezclas con el retinol o el glicólico, pero al utilizarla por la mañana ese problema no existe. Así que en la rutina diurna combinamos hialurónico y vitamina C, dos ácidos increíbles".
Por la noche, Moreno recomienda alternar retinol y glicólico, nunca juntos: "Juntos potencian la irritación, pero separados en rutinas de distintas noches forman la rutina más top y más avanzada que pueda ser una rutina cosmética". Eso sí, advierte de que hay que evitar la zona del contorno de ojos: "Estos ácidos pueden migrar al ojo, así que mejor no aplicarlos ahí. Con el hialurónico, en cambio, no habría problema".
Inma Novillo, por su parte, pone el acento en la base de cualquier rutina postvacacional: limpiar y exfoliar suavemente. "Tras la exposición al sol, el cloro o la sal, la piel suele llegar deshidratada y con exceso de células muertas. El primer paso es una limpieza profunda y una exfoliación suave, para devolver luminosidad y eliminar impurezas sin agredir. Es la base sobre la que todo lo demás funcionará mejor".
Después de esa puesta a punto inicial, la piel necesita recuperar agua. "El primer paso tras las vacaciones es realizar una hidratación intensiva. La piel necesita recuperar agua y elasticidad. Apostar por mascarillas en tejido, sérums de ácido hialurónico o boosters de hidratación es clave. Es como darle un vaso de agua fría a la piel: revive al instante y se ve más tersa y fresca", explica.
La mirada es otra de las zonas más castigadas en verano, por el cansancio acumulado o el sueño irregular. "Este es el momento de aplicar contornos descongestionantes con masaje, ayudándonos de herramientas frías o de un masaje digital. La mirada se abre y rejuvenece en segundos", apunta Novillo. Y como truco de buena cara sin sol, recomienda polvos bronceadores estratégicos o un autobronceador progresivo.
Más allá del efecto inmediato, la experta insiste en la importancia de crear rutinas sostenibles: "Lo mejor es organizar una rutina sencilla y equilibrada con limpieza, hidratación, protección solar y un extra de tratamiento como mascarillas. Es la forma de mantener los resultados del reset en el tiempo y evitar el temido efecto rebote tras la vuelta a la rutina".
El cuidado del cabello
El pelo también pide un respiro después del verano. Inma Novillo lo tiene claro: lo primero es un corte de saneamiento. "Aunque sea de un par de centímetros, sirve para eliminar puntas abiertas y favorecer un crecimiento más fuerte. Un buen corte ayuda a sanear y renovar la melena".
La segunda parte es nutrir y reparar. "Después, es el momento de apostar por tratamientos reparadores, mascarillas nutritivas y aceites capilares. Conviene aplicar mascarillas intensivas dos veces por semana, con ingredientes como aceites vegetales de argán, coco o jojoba, o proteínas que refuercen la fibra. Si el cabello está muy dañado, los tratamientos pre-champú o sérums nocturnos son aliados clave".
El último paso es sellar y proteger. "Un aceite ligero o un leave-in tras el lavado ayudan a cerrar la cutícula, aportar brillo y controlar el encrespamiento". Y un consejo extra: dar vacaciones también a las herramientas de calor. "En la vuelta a la rutina conviene reducir al mínimo el secador o la plancha. Secar al aire o con difusor siempre que sea posible es un auténtico respiro para la melena".
Con estas pautas, la piel recupera luminosidad y el cabello fuerza y brillo, sentando las bases de un cuidado más equilibrado y realista durante todo el año.
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