
Las proteínas obtenidas de los insectos ya son una alternativa seria para algunas compañías alimentarias europeas y también para los inversores. Cuatro emprendedores valencianos que formaron en 2017 Feedect para estudiar las posibilidades de la cría de insectos han logrado la financiación y el respaldo de un grupo de inversores para poner en marcha una planta para la cría y el procesado de proteínas de insectos destinadas a la alimentación humana.
Feedect ya produce larvas de un tipo de escarabajo, el Tenebrio molitor, aunque hasta ahora las destina al segmento de la alimentación especializada de mascotas exóticas, principalmente aves, que incluso exportan a otros países europeos. Tras años estudiando la cría y las posibilidades nutricionales de estos insectos, la empresa ha conseguido cerrar una ronda de financiación para poner en marcha unas nuevas instalaciones que incluirán tanto una granja con mayor capacidad como una planta industrial de procesado, que permitirá transformar en harinas y otros formatos para destinarlo a ingredientes en nutrición para humanos.
Un proyecto para el que empresa valenciana ha buscado nuevos socios que no sólo inyecten fondos, sino que también aporten conocimiento y posibles sinergías en su desarrollo. Así, ha acometido una ampliación de capital liderada por el family office de la familia De Tomás, dueña del grupo de alimentación animal y de biofertilizantes Dadelos. También han participado dos sociedades de Araceli y Ricardo Císcar, socios del grupo alimentario Dacsa, especializado en arroz y cereales. "En su caso, además de que Dacsa ha entrado en la proteína vegetal alternativa a la carne y conocen ese mercado, tienen interés porque su actividad de cereales genera muchas subproductos que podríamos utilizar como materia prima para la cría de insectos", explica Julio Just, CEO y cofundador de la firma junto con Olallo Villoldo, Bruno Fasce y Juan Cañamero.
La entrada de nuevos socios se completó con otra firma de un exdirector general de ese grupo, Rafael Obiol, y de Miguel Ángel Gómez Madrid, y el fondo especializado Tech Transfer Agrifood, que gestiona Clave Capital.
En total Feedect ha logrado 1,6 millones de euros para su proyecto, al sumar a los 1,1 millones de la ampliación de capital otro medio millón de euros de financiación del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). Con estos fondos está acometiendo su nueva planta en Benaguasil (Valencia), que les permitirá producir 500 toneladas anuales de ingredientes finales para alimentación humana y empezar a comercializarlos para empresas alimentarias europeas.
Sostenibilidad y eficiencia
Tras el auge de las proteínas procedentes de insectos se encuentra la búsqueda de una mayor sostenibilidad para hacer frente al reto de tener que alimentar a una población mundial en constante crecimiento, pero estos seres minúsculos también ofrecen muchas ventajas económicas.
"Los insectos son mucho más eficientes transformando en masa corporal lo que comen. Esa es una de las principales claves de por qué es más sostenible que la carne animal: necesitan menos de dos kilos de alimento para producir un kilo", explica Just. Además sus propias características permiten cría en distintas alturas y menores espacios que los animales en los que se basa la dieta actual.