A Pedro Barato no le duelen prendas en calificar al ministro de Consumo de "persona inculta, con mala fe y con un afán de protagonismo desmedido" tras sus declaraciones sobre la carne española. "Daña a la marca España y no mide el daño que puede ocasionar a miles de familias que vivimos dignamente de esta profesión", afirma en esta entrevista
¿Vendemos carne de mala calidad proveniente de animales maltratados como dice el ministro de Consumo?
Vendemos una carne de una calidad excepcional con unos amplios controles sanitarios y todo lo que la normativa española y europea nos pide.
¿Qué pensó cuando oyó las declaraciones de Garzón?
Que lo hace una persona inculta, con mala fe y con un afán de protagonismo desmedido que no mide el daño que puede ocasionar a miles de familias que vivimos dignamente de esta profesión.
Pidieron su cese, pero pasan los días y se mantiene en el Gobierno…
Y seguimos pidiéndolo porque este señor está haciendo un mal al mundo agrario y ganadero y poniendo en peligro la marca España y a un sector que es importantísimo, con un volumen exportador del 50% de la producción, casi un 11% de todas las exportaciones agroalimentarias. Creo que sobra en el Gobierno y que nos represente a todos los españoles.
En otros países, como Francia o Italia, ¿cree que sería posible unas declaraciones como estas y que siguiese en el Gobierno?
No. Si un ministro dice lo que ha dicho Garzón sobre la ganadería española en cualquier país de la Unión Europea hubiera durado medio minuto, pero aquí hay otros componentes políticos. En otros países por menos se les ha hecho dimitir, pero aquí no pasa nada.
¿Cree que puede tratarse de una maniobra desde el punto de vista electoral?
No lo sé porque no soy experto en temas electorales, pero creo que hace un flaco favor a los partidos a los que representa e incluso al Partido Socialista. En Castilla y León, que es una de las comunidades autónomas con más ganaderías, tanto en vacuno, como en porcino o en ovino, hace un enorme daño quien defiende este tipo de disparates.
¿No es la primera vez que el sector se siente maltratado por el ministro?
Las agresiones son múltiples. No solo al sector agrario, sino al sector de los juguetes, turístico, etc. En el sector agrario con el aceite, el chuletón, la Ley de Bienestar de los Animales…Aquí lo que hay es una agresión permanente al mundo agrario, al mundo ganadero y al mundo rural. Y no conocemos ninguna ley que hayan hecho en los últimos tiempos que beneficie en algún sentido a este mundo tan amplio que representa al 80% del territorio.
¿Cree que el ministro de Agricultura ha respondido con la suficiente agilidad y contundencia?
Estoy de acuerdo con lo que el ministro ha dicho. Lo único que pongo el matiz de que han pasado 10 días. Bien es verdad que como dice el refrán "más vale tarde que nunca", pero tenía que haber salido inmediatamente. Ha tardado, pero creo que ha defendido bien al sector.
¿Hay quien no ve tantas diferencias entre lo que dice Garzón y la Estrategia 2050 presentada por Pedro Sánchez?
Lo que la Estrategia viene a decir es que la carne se consuma moderadamente, pero en cualquier caso son propuestas a largo plazo. Nosotros criticamos en aquel momento lo que el presidente del Gobierno había puesto encima de la mesa y lo seguimos criticando porque no tiene ningún rigor científico y creemos que son globos sonda. Al final, todos estos gobiernos que tienen más carga ideológica que de profesionalidad y de futuro de país tienen estas consecuencias. Estábamos en contra de aquello y de lo que el ministro Garzón dice ahora.
El Gobierno está a tiempo, si quiere, de arreglar la temporalidad en el campo
Cambiando de tema, Asaja votó en contra de la reforma laboral ¿por qué?
Porque no contempla la columna vertebral de lo que es este sector: la temporalidad, la excepcionalidad y la estacionalidad. Tenemos una forma de producir que no tienen en otros países. Primero hay que decir que el campo cumple rigurosamente con los convenios colectivos que firmamos en las provincias cada año o cada tres años. A la ministra de Trabajo le dijimos por activa y por pasiva que hay que contemplar la estacionalidad, las distintas campañas que existen. Las tenemos de viñedo, del olivar, de la sandía, del melocotón en el norte o en el Valle del Ebro y los 90 días que ponen como tope va a agravar mucho más el desempleo y los costes laborales, en los que llevamos una subida de un 32% en los dos últimos años. Otra consideración. Si cuando nosotros contratamos en origen las recomendaciones que nos hace Inmigración y las Comunidades Autónomas es que sea por un mínimo de 120 días por qué ahora tenemos que hacerlos a 90 días de una forma totalmente encorsetada. El Gobierno está a tiempo, si quiere, de arreglar, la temporalidad en el campo.
Las organizaciones agrarias vuelven a las calles ¿Qué piden?
Hay ya un calendario de movilizaciones al que se van sumando más provincias. Este viernes fue en Cádiz, el 26 en La Rioja… Es tan sencillo como que lo que dejamos en enero por la pandemia lo retomamos. Esto va a coincidir en Madrid con varias movilizaciones. Una va a ser de todo el mundo rural en marzo, en la que vamos a reivindicar no solo temas agrarios sino sociales como la prestación sanitaria o la cobertura de digitalización, el control de las importaciones, en el que es de vital importancia que los productos que llegan tengan los mismos estándares, el tema de los costes, las tarifas eléctricas, etc. Y también la defensa de la caza, que es una parte complementaria a la actividad agrícola y ganadera y en muchas zonas la generación de riqueza no solo es para los dueños de los cotos, sino que los fines de semana esos pueblos tienen unos complementos de renta muy buenos para todos los vecinos. También hay otros temas, como la retirada de la Iniciativa Legislativa en materia de Protección de los Derechos de los animales y una tabla bastante amplia.
¿Asaja presentará alegaciones al Plan Estratégico nacional?
Lo que vengo diciendo es que desde el punto de vista de Asaja éste no es el Plan Estratégico que necesita el sector agrario. ¿Por qué? Primero porque a nosotros se nos ha consultado poco y simplemente hemos sido informados. Segundo porque no tiene lógica imponer mayores requisitos con menos recursos, que se penalice al agricultor profesional, que seamos el único país que va a poner todas limitaciones y recortes en las ayudas. El pago redistributivo es un disparate que va contra los profesionales y la agricultura profesional y todos los criterios ecologistas son limitaciones que van a incrementar los costes de producción. Vamos a producir menos y va a costar más. En la nueva PAC hay un error bastante importante porque la Unión Europea ha hecho un impacto, que se metió en el cajón y es un fraude. Es un Plan que más que simplificar, va a imponer muchas más cargas administrativas y burocráticas.
Uno de los logros de los que presume el ministro es de modificar la Ley de la Cadena Alimentaria ¿Acabará con los problemas de bajos precios?
La Ley de la Cadena ha sido un paso, pero le falta mucho desarrollo como un registro telemático para los contratos... pero echamos en falta que cuando decimos que un producto no se puede vender por debajo de los costes de producción dónde se fija el baremo. Hay un instituto que lo ha hecho, hay una Comunidad Autónoma que lo ha hecho, hay una lonja, pero necesitamos que ese dato, que está hecho, se ponga sobre la mesa.
Especialmente complicada es la situación de los ganaderos de leche. ¿Qué mensaje enviaría a la industria de transformación y distribución?
Hay un mensaje nítido y claro. La leche tiene que dejar de ser un producto reclamo y que no haya leche en el lineal por debajo de 58-60 céntimos. Eso en países serios como Francia o Nueva Zelanda no ocurre. No hace falta imponer nada, sino decir a la industria y a la distribución que dejen de ser rácanos y raquíticos y se comparta el valor en la cadena: un tercio para el que lo produce, un tercio para el que lo transforma y un tercio para el que lo vende.