
El año pasado se redujo un 4,4 % el volumen de alimentos y bebidas desperdiciados en España, evitándose que 51,54 millones de kilos o litros acabaran en la basura, según el informe anual sobre este fenómeno elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
En total, el desperdicio se situó en 1.125 millones de kilos o litros, lo que supone una reducción acumulada de casi un 20 % desde 2020, según avanza el ministro Luis Planas, dejando la media per cápita en 24,38 kilos o litros por persona, "lo que consolida una tendencia a la baja sostenida en el tiempo" reforzada con la Ley de Prevención de pérdidas y desperdicio alimentario aprobada este 2025.
La tasa global de desperdicio descendió hasta el 3,7 % del total de alimentos y bebidas adquiridos, lo que implica que de cada 100 kg o litros comprados, 3,7 se tiraron a la basura.
Los hogares continúan siendo el principal escenario del desperdicio, con un 97,5 % del volumen total (1.097 millones de kilos o litros), aunque también son el motor del cambio, ya que en 2024 se desperdiciaron 48,9 millones de kilos o litros menos que el año anterior y un 19,5% menos que en 2020, la cifra más baja desde que existen registros (2016).
"Cada kilo o litro salvado del cubo de la basura es una victoria colectiva, fruto del compromiso de millones de personas", ha afirmado Planas, quien ha remarcado que "no hay alimento más caro que el que termina en la basura".
Por tipología, el 77,6 % del desperdicio doméstico corresponde a productos sin utilizar (851,5 millones de kilos o litros), y el 22,4 % restante, a recetas ya elaboradas (245,7 millones). Entre los productos sin uso más desperdiciados destacan las frutas (32,4%) y las verduras y hortalizas (13,8%). En el caso de las recetas, lideran la clasificación las ensaladas, verduras (16,6%) y platos con legumbres (16,5%).
Fuera del hogar
Fuera del hogar, el desperdicio también descendió de forma notable: en 2024 se tiraron 28,03 millones de kilos o litros, un 8,8 % menos que en 2023. También es la cifra más baja desde que existen registros y supone solo el 2,5 % del total desperdiciado.
El desperdicio per cápita se redujo en casi 100 gramos, y el porcentaje de personas que afirman haber desperdiciado alimentos fuera del hogar se mantuvo en un 43,8%, en línea con el 43,2% registrado en 2023. En este ámbito, los alimentos representan el 54,5% del total desperdiciado, seguidos por las bebidas (43,4%) y los aperitivos (2,1%).
Según el ministro, esta evolución positiva es fruto de una combinación de políticas públicas, campañas de sensibilización y nuevos hábitos sociales. Entre los factores más relevantes se encuentran una mayor percepción del valor de los alimentos, el impulso del teletrabajo —que favorece el uso del táper y la comida casera fuera del hogar—, una creciente conciencia ambiental vinculada a la sostenibilidad y una mejor planificación de las compras y de las raciones, especialmente en el ámbito doméstico.