
Las lluvias registradas durante los meses de abril y mayo han impedido una campaña normal de siembra de remolacha, con lo que las superficie contratada por la cooperativa Acor se sitúa en 9.900 hectáreas .
Las lluvias de la primavera han beneficiado al cultivo de la colza y han complicado las siembras de remolacha. La cifra de contratación de esta campaña es de unas 9.900 hectáreas a pesar de que muchos socios no han podido sembrar por las adversidades meteorológicas. Las previsiones eran alcanzar las 12.000 toneladas del año pasado -que permiten la mayor optimización de la fábrica a la hora de molturar- gracias a los buenos precios pagados por la cooperativa vallisoletana y a una reducción significativa de la contratación de su principal competidora, Azucarera, que tiene previsto aplicar Eres en sus plantas.
La campaña de siembra 2025-26 se ha visto condicionada por las abundantes precipitaciones registradas desde el inicio de año. Debido a las frecuentes lluvias, un alto porcentaje de las siembras se ha concentrado en el mes de abril y en la primera quincena de mayo a diferencia de otros años en los que el mes de marzo es el preferido por la mayoría de los agricultores. Desde el Servicio Agronómico de ACOR se ha recomendado al remolachero no precipitarse y sembrar cuando el terreno presente las mejores condiciones posibles, aunque esta campaña los momentos para sembrar y aplicar los tratamientos herbicidas e insecticidas se han visto muy limitados.
También durante esta campaña desde el Servicio Agronómico de ACOR se ha facilitado al socio un itinerario de tratamientos insecticidas para poner el foco en la estrategia de control durante estos meses y se ha comprobado la eficiencia del Buteo Start frente a la pulguilla.
En este momento la actividad del Servicio Agronómico se ha focalizado en el monitoreo y el control fitosanitario de la remolacha azucarera. Cabe destacar casos de encharcamientos y una alta saturación hídrica en las parcelas, lo cual potencia el riesgo de aparición de patologías fúngicas radiculares (pie negro). La nascencia ha sido, en líneas generales, satisfactoria y uniforme. Sin embargo, en suelos de textura más arenosa, se observa un número significativo de parcelas con problemas de nascencia.
La colza se dispara
Este año es difícil diferenciar una parcela de colza de riego de otra de secano por el predominio de las lluvias. La cifra estimada en contratación de colza es de 26.000 toneladas procedentes de 8.147 hectáreas, frente a las 6.624 ha de la campaña 2023-24. Un 20% más de hectáreas, pero un 40% más de toneladas, gracias al buen estado del cultivo. Las precipitaciones han estado bastante bien repartidas. Se puede decir que ha sido una campaña bastante centroeuropea respecto al reparto de precipitaciones. Esas condiciones han marcado el buen desarrollo de las colzas casi generalizado y de todos los cultivos de invierno en Castilla y León.
Las incidencias, una vez implantado el cultivo han sido escasas. La aparición del gorgojo no ha sido como plaga y no ha llegado prácticamente a los umbrales de tratamiento salvo en comarcas al sur del Duero. Tampoco la presencia de colonias de pulgón ha sido importante. En cuanto a enfermedades de hongos, a pesar de las condiciones de humedad, no han sobresalido.
En general, el cultivo ha estado bastante limpio. A la espera de las temperaturas de las últimas semanas del ciclo, cabe pensar que el cultivo de colza madurará sin falta de agua atendiendo a las condiciones genéticas de cada variedad. En general, los rendimientos son casi de regadío de forma generalizada, sin haber tenido que regar, y con una previsión de fechas de cosecha más retrasada que hace año medio.
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