
Pastas Gallo recorta de nuevo la actividad en su fábrica de Granollers (Barcelona) y propondrá ajustes para los trabajadores afectados. El grupo de alimentación culminará el trasvase del negocio de pasta seca que todavía restaba en la instalación catalana y cerrará definitivamente la división. El negocio afectado está todavía por determinar si se producirá en la planta que la compañía controlada por Proa Capital tiene en El Carpio (Córdoba) o se encargará a terceros.
Fuentes sindicales explican a elEconomista.es que la empresa de alimentación ya ha comunicado su voluntad de cerrar la producción de esta división, que trabajaba sobre todo la pasta para canelones y lasañas y algunos tipos de pasta plana. Así, se presentará un plan para la veintena de afectados a los que, eso sí, se ofrecerá recolocarse en otras plantas de la firma en Cataluña o despidos, en caso de no aceptarse. Concretamente en la de Esparreguera, también en la provincia de Barcelona.
Gallo podría eliminar también la semolería, que emplea a otros cuatro trabajadores, aunque es una decisión que se tomará más adelante, añaden las fuentes consultadas.
Del mismo modo que sucedió en 2021, la empresa dirigida por Néstor Nava sopesa trasladar la producción a El Carpio, como sería lógico tras el movimiento iniciado entonces, también en la división de pasta seca. Otra opción es que un tercero se encargue de fabricar este tipo de pasta.
Así, la instalación de Granollers quedará en este caso destinada al negocio de la pasta fresca -de menor volumen de ventas que el de la pasta seca- y en los platos preparados y precocinados. Además, el grupo anunció que adaptaría el recinto de la ciudad catalana para trabajar en el negocio de los caldos, en el que ha entrado recientemente para competir con Gallina Blanca.
La histórica planta de Gallo dejará así definitivamente de dedicarse a la pasta seca; una retirada que arrancó en 2021 cuando el producto, tanto largo como corto, se concentró en la fábrica andaluza de El Carpio para especializar centros. En aquel momento, la decisión afectó a más de una treintena de empleados y también se abrió la posibilidad de reubicar a la plantilla implicada.
Pastas Gallo, adquirida en 2019 por el fondo de inversión Proa Capital, arrancó hace un lustro un proceso para especializar sus fábricas. Granollers, que mantenía hasta ahora la división de canelones y lasaña, se focalizó en pasta fresca; Esparreguera se especializó en pasta sin gluten y la de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) se concentró en la actividad de pasta oriental. La planta de El Carpio, la más grande de la organización en España, fue la escogida para la pasta seca. Se trata de la antigua Fábrica de Harinas de la localidad, que el fundador de Gallo, José Espona, compró en el año 1958 para usar como centro para transformar el cereal en pasta.