EEUU devora el aceite de oliva de oliva y se consolida como el segundo consumidor del mundo, por delante de Italia y muy cerca ya de España, que se mantiene en la primera posición. Según las últimas estimaciones del Consejo Oleícola Internacional (COI), el consumo alcanzará al cierre de la presente campaña, que comenzó en octubre, un total de 3,06 millones de toneladas.
De esa cantidad, un 15% del total, el equivalente a 460.000 toneladas se comercializará en España y otro 12%, otras 398.000 en Estados Unidos. Italia, baja a la tercera plaza con 395.000 toneladas. Aunque EEUU puede marcar el futuro del aceite de oliva, España juega un papel fundamental porque las dos grandes marcas que se venden en el mercado norteamericano -Bertolli y Pompeian- son propiedad de las españolas Deoleo y Dcoop. Jaime Lillo, director ejecutivo del COI, explica que pese a haberse convertido en uno de los grandes consumidores mundiales, EEUU tiene una producción muy pequeña, fundamentalmente en California, pero "apenas produce el 1% del aceite que consume". De hecho, el volumen de importaciones de aceite de oliva de EEUU se ha multiplicado por cuatro desde los años 90.
Entonces rondaban las 100.000 toneladas y ahora se acercan ya a las 400.000, con lo que, según admite Lillo, "este país se ha convertido en el que registra un mayor crecimiento del consumo". Todas las grandes instituciones norteamericanas, como la Universidad de Havard, están defendiendo el consumo de esta grasa como producto saludable y las previsiones apuntan así a que el consumo, que sigue siendo todavía pequeño en términos per cápita, irá a más en los próximos años.
El temor que existe en el sector es que el nuevo gobierno de Donald Trump imponga aranceles, tal y como hizo ya con la aceituna, pero, según Lillo, teniendo en cuenta la baja producción que hay "eso solo implicaría una subida de los precios y los principales perjudicados serían los consumidores norteamericanos". De acuerdo con los últimos datos del COI, al igual que es el mayor consumidor, España es también con diferencia el principal productor mundial.
Previsiones de producción
Tras dos malas cosechas, las previsiones apuntan a que este año se recuperará la normalidad y España sumará una producción de cerca de 1,3 millones de toneladas, lo que equivale prácticamente al 40% del total mundial. Como segundo productor aparece ahora Turquía, que supera a Tunez, Grecia e Italia con 450.000 toneladas. Las previsiones del COI apuntan a que la tercera posición del ránking será para Túnez con 340.000 toneladas; la cuarta para Grecia con 250.000 y la quinta para Italia con 224.000 toneladas, lo que supone un 30% que la campaña anterior como consecuencia todavía de las malas condiciones meteorológicas. El director ejecutivo del COI explica, en este sentido, que "el año pasado la producción fue bajísima, con solo 2,5 millones y ahora aunque España se ha recuperado hay otros países, como Italia o Marruecos que no", advirtiendo, de todos modos, de que cada vez habrá más oscilaciones debido al cambio climático y tendremos que convivir con esa fuerte variabilidad. "Hay más capacidad que nunca, gracias a las nuevas técnicas que permiten incrementar la productividad por hectárea, pero el crecimiento de la producción, sin embargo, es cada vez menor debido a fenómenos meteorológicos extremos, y no solo por la falta de agua, sino también, por ejemplo, por las olas de calor", asegura.
Bajada en el campo
De momento, al menos en el campo español, el precio del aceite de oliva está cayendo en picado tras las fuertes subidas registradas en los últimos dos años. Según datos de Infaoliva, la Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva, el virgen extra ha bajado así 3,9 euros por kilo frente a los 9 euros a los que llegó a estar en febrero del año pasado. Y del mismo modo el virgen ha bajado de 8,7 a 3,6 euros y el lampante de 8,4 a solo 3,4 euros. En los supermercados, sin embargo, la bajada está siendo mucho más lenta, y el litro de aceite de oliva virgen extra, dependiente de la cadena, se sitúa así entre 5,49 y 5,78 euros por litro en la franja más baja de las marcas blancas, aunque llegando incluso en las principales enseñas a superar los 8 euros. Desde la organización de consumidores Facua advertían hace unos días ante todo esto que mientras que "el precio que se paga a los agricultores por el litro de aceite de oliva virgen extra ha experimentado una caída que alcanza los 4,17 euros antes de impuestos, el 50,6%, en los supermercados, sin embargo, el precio de este producto sólo ha bajado 3,09 euros de media (2,97 euros antes de impuestos), un 24,0%".
Ante estos hechos, el presidente de Dcoop, la mayor cooperativa de aceite de oliva española, denunció ya el pasado mes de noviembre la existencia de un gran fraude para abaratar el producto consistente en mezclarlo con orujo o girasol. El presidente de la organización, Antonio Luque, declinó valorar qué porcentaje de producto fraudulento hay en el mercado, pero insistió en que "hay mucha gente cometiéndolo y nadie en la administración toma medidas para impedirlo".
El directivo aseguró que no pueden llevarlo a los tribunales "porque aunque tenemos evidencias con nombres y apellidos no hay pruebas", reclamando, eso sí, que actúe la Fiscalía porque "o alguien se lo toma en serio o acabará habiendo un problema". "Llevamos 40 años callados pero no vamos a permitirlo más. La Administración debe hacer algo porque hasta ahora no se está controlando", sentenció. Luque recalcó precisamente que si Dcoop no está en las dos grandes patronales del sector -Anierac y Asoliva- es porque, a pesar de su labor de lobby, "estas organizaciones no combaten el fraude". "Nosotros estamos mejor representados en Cooperativas Agroalimentarias, que tiene además muchos más socios que ellos", ha recalcado, explicando además que, "aunque llegamos a pedir nuestro ingreso en ambas no duramos ni un mes". Frente a estas acusaciones, el director ejecutivo del Consejo Oleícola Internacional, Jaime Lillo, se muestra no obstante contundente. "España tiene una de las normas de calidad más estrictas y está en la Unión Europea, que es donde más controles de aceite de oliva hay de todo el mundo. Hay un gran esfuerzo por poner en valor el aceite de oliva y si hay alguna sospecha hay cauces para denunciarlo porque estas declaraciones son desafortunadas", asegura.