
Lejos de grandes crecimientos, Vallformosa rebasa los resultados previos a la pandemia. La cavista catalana con sede en Vilobí del Penedès (Barcelona) logró mejorar sus cifras económicas hasta en un 8% en un ejercicio ya marcado por la sequía en la industria. La compañía logró que el impacto de la falta de agua le afectara menos que al sector al no tener viñedos propios, pero espera que las tensiones se relajen este 2024, cuando aspiran a recolectar hasta un 25% más de uva.
La consejera delegada de la empresa, Marta Vidal, compareció este jueves para dar a conocer los resultados económicos de Vallformosa, un paso que la firma no había dado hasta el momento. En 2023, el grupo registró unas ventas de más de 35 millones de euros, el 7% más que los 33,2 millones de 2022, y un ebitda de 3,9 millones, el 8% más que los 3,3 millones del año precedente. El beneficio neto fue de 500.000 euros frente a los 700.000 euros del ejercicio comparable. "Este descenso se debe al impacto de los tipos de interés", justificó la directiva.
Lo hizo con 12 millones de botellas puestas al mercado, un 88% fuera de España y un 12% a nivel nacional.
Con las nuevas botellas, la compañía tiene planes de seguir creciendo en los mercados estratégicos en los que está. Especialmente Bélgica, pero también Países Bajos, Japón y Cuba (donde ya vende más de 3 millones de euros en cava). También deberá devolver el crédito de 2 millones de euros concedido por la entidad pública Avançsa que vence en 2026.
La compañía consiguió estos registros en una campaña ya marcada por la sequía. Vidal explicó que la caída media en la recolección de uva en la D.O. Cava fue del 35%. No obstante, la sociedad solo perdió un 7% del volumen (13,5 millones de kilos de uva totales recogidos) debido a que no tiene viñedos propios, sino que opera con una red de 400 viticultores que le nutren de la materia prima.
Vallformosa estudia, sin embargo, ayudar a la adquisición de fincas a jóvenes viticultores de la mano de la filial Agro Vallformosa.
La falta de lluvia, más cuando el 65% de la uva es ecológica, tuvo un impacto con el que todavía se está viendo cómo lidiar de cara a futuro, pues la escasez de agua se percibe como crónica en el territorio. Y aunque la sequía no ha quedado enterrada en el pasado, sí esperan que apriete menos en 2024. "En lo que va de año ya llevamos las mismas lluvias que en todo 2023", comparó Vidal. De ahí que aspiren a un crecimiento de entre el 20% y el 25% en la recolección de uva para la próxima vendimia.
A pesar de ello, Vallformosa no tiene el volumen como una prioridad. Más bien el margen. Y aunque hayan explorado la adquisición de algunas bodegas afectadas por la problemática, aseguran estar centrados en la gestión del proyecto propio. Lejos queda la oferta lanzada por el presidente, Josep Graells, a Carlyle para comprar Codorníu en plena pandemia.
Sin operaciones inorgánicas en el horizonte, la cavista sí vivió cambios en el accionariado. Entró Jaume Sabater, CEO del fondo Stoneweg, que se hizo con el 10% del capital. El 51% sigue en manos de Graells y el segundo accionista es Vicenç Vidal, antiguo director general.