Primero fue Carrefour la que expulsó al grupo Pepsico y dejó fuera productos como Pepsi, Doritos, Lay's o Cheetos. Despues ha sido Dia la que ha expulsado a Bimbo y sus famosos Donuts. La escalada de precios en la alimentación está provocando que los consumidores se decanten por las marcas blancas y las enseñas de la distribución acaparan ya casi el 50% del mercado. Pero, ¿pueden salir de los lineales más marcas de los fabricantes? y, sobre todo, ¿quiénes podrían ser los próximos?
En el sector intentan transmitir tranquilidad y aseguran que lo que ha pasado con Pepsico o Bimbo son casos puntuales, pero admiten también que el riesgo de contagio existe. "Lo que está pasando es un síntoma de la dificultad de las negociaciones de este año, donde el fabricante quiere recuperar rentabilidades pasadas, ya que la práctica totalidad de las empresas no pudo repercutir las subidas de costes que sufrieron y aspiran a hacerlo ahora en 2024", explica un directivo del sector, que prefiere mantener en anonimato.
Según este directivo, el choque entre los fabricantes y las cadenas de supermercados se está produciendo porque la distribución "está viendo un deterioro de sus volúmenes" y pérdida de márgenes. Empresas como Mercadona, Carrefour, Lidl, Aldi, Alcampo o Eroski trabajan con un margen de beneficio neto muy pequeño, de entre el 2 y el 3%, y no pueden aceptar más subidas de precios. No obstante, aunque hay quien pueda pensar que el crecimiento de las marcas blancas les beneficia, lo cierto es que el auge de sus propias enseñas es perjudicial para las cuentas de explotación de estos grupos. Y es que en esos casos, debido a que los precios son aún más bajos, los márgenes son incluso menores.
En el sector existe preocupación porque esta dificultad en las negociaciones pueda generar más argumentos al Gobierno y reforzar "las tesis erróneas y pueriles" de que el problema está en el interior de la cadena. "La inflación nos está perjudicando, no somos los responsables de la subida de los precios de la alimentación", insisten los empresarios del sector. Pero la incertidumbre es máxima. Hasta ahora, España ha sido tradicionalmente un país, a diferencia por ejemplo de Francia, donde la cadena ha permanecido unida para afrontar todos los desafíos y el temor ahora es que esa unidad pueda resquebrajarse.
Búsqueda de culpables
Hay que tener en cuenta que mientras que en Francia Carrefour no dudo en poner carteles en sus tiendas culpabilizando a Pepsico de una subida "inaceptable" de los precios o señaló a empresas como Nestlé, Findus o Lindt por hacer reduflación, reduciendo el volumen de producto en el envase mientras subían los precios, en España no ha habido ningún tipo de anuncio público. La filial española de Carrefour ha evitado en todo momento hacer declaraciones que pudieran avivar el conflicto. Y con Dia ha pasado exactamente lo mismo. Aunque la cadena que dirige Martín Tolcachir ha sacado de sus lineales los productos de Bimbo, desde la empresa insisten en que "la relación es magnífica" y que, pese a todo, sigue estando en la lista de proveedores.
La batalla está latente y, aunque en el sector confían en que "las aguas vuelvan a su cauce y volvamos a luchar juntos por lo más importante que nos une, que es el consumidor, el que nos paga el sueldo a todos", el futuro se presenta incierto. De momento, el auge de las marcas blancas se ha llevado ya por delante una fábrica de Danone en Barcelona y otra de Bimbo en Alicante.
Y puede ir a más. Por el camino parece que solo hay dos vías. Una es la de precisamente la de Danone, que ha entrado en la batalla de las promociones para reducir sus precios y poder competir con las enseñas del distribuidor. La otra la de Pepsico, que se niega a seguir perdiendo rentabilidad, aunque sea a costa de salir de gigantes como Carrefour, que solo en España controla el 10% del mercado. Para saber quién tenía razón habrá que esperar.
De momento,en apenas dos años las cestas de la compra únicamente con marcas blancas han crecido 4,1 puntos porcentuales mientras que las marquistas han perdido 1,4. Y, del mismo modo, las que combinan las enseñas del fabricante con las del distriudor mientras se han resentido en 2,8 puntos. Son así cada vez más los que consideran que las marcas blancas, como Hacedando en Mercadona, son una enseña más.