El grupo Restalia, dueño de marcas como 100 Montaditos, ha firmado un convenio de colaboración con CaixaBank para facilitar el emprendimiento a los interesados en formar parte de su red de franquicias mediante condiciones adaptadas a sus necesidades.
Tal y como señala la directora general de Restalia, Virginia Donado, "el objetivo principal de esta colaboración es facilitar el emprendimiento y proporcionar condiciones especiales de financiación para nuestra red de franquiciados. Hemos establecido una alianza estratégica con CaixaBank, que se suma a nuestros convenios con otras entidades para asegurarnos de que nuestros franquiciados tengan acceso a opciones de financiamiento favorables y adaptadas a sus necesidades y ayudarles a lograr sus metas profesionales".
Por su parte, el director comercial de Banca Empresas de CaixaBank en Andalucía Occidental, Guillermo Martín, ha señalado que este convenio "es una muestra más de la apuesta de CaixaBank por el sector hostelero, pieza clave de la economía española. El acuerdo se enmarca en nuestra línea de negocio Food&Drinks y no solo va a facilitar el acceso a la financiación, también contempla un compromiso de acompañamiento con los emprendedores que se materializará a través de la tecnología, la digitalización y, sobre todo, el asesoramiento especializado por parte de nuestros gestores".
Este acuerdo llega en un momento en el que la compañía de restauración organizada sigue inmersa en un ambicioso plan de crecimiento cuyo objetivo pasa por la apertura de 100 nuevas unidades de negocio. La empresa apuesta por el crecimiento internacional y la consolidación en el mercado nacional con sus cinco enseñas: 100 Montaditos, The Good Burger, La Sureña, Panther y Pepe Taco.
Para conseguirlo, Restalia ofrece un modelo de franquicia flexible, adaptado a las diferentes casuísticas del potencial franquiciado, y con una propuesta que apuesta por el consumo de barrio para acercas sus diferentes marcas a toda la población.
En esta misma línera, su proyecto Bares está orientado a dar una segunda vida a los bares de siempre y evitar su cierre definitivo. El objetivo es doble, la posibilidad de abrir en poblaciones de menos de 20.000 habitantes y reducir la inversión inicial de apertura. Al tratarse de locales que eran bares desde un inicio, estos cuentan con gran parte del equipamiento necesario para poder abrir.